Siguiendo a los dragones y las calaveras, la tercera obra en la colección de Daniel Strom es algo más moderada - o al menos su forma es menos provocadora - con los ángeles que adornan la caja esculpida. Una creación en la que el relojero ha respirado todo el espíritu de los AGONIUM - relojes que no se limitan a contar el tiempo, sino también expresar nuestras preguntas existenciales, una creación que pone de manifiesto sus reflejos y le da un gran significado simbólico a la vez. Y los ángeles son, sin duda, el símbolo por excelencia del orden espiritual: mensajeros alados, seres de luz, imbuidos de las funciones divinas, a los que estamos dispuestos a atribuir el papel de protector. Siempre presentes en la imaginación, encarnan el puente entre los mundos materiales y simbólicos, de Dios y sus criaturas. Una fuerza que plantea directamente la cuestión de los orígenes, una fuerza invisible, cuya presencia se materializa sólo en raras ocasiones – lo que se ha logrado con el «Angelus».

La colección Angelus de Daniel Strom

Y Daniel Strom sin duda tiene un buen ojo para el detalle. El escultor trabaja con los materiales y mejora su nobleza. Chapada en un molde original, el oro, la plata, el platino y el paladio se conforman a mano por el martilleo de expertos en orfebrería, dando lugar a piezas únicas. La caja del «Angelus» está decorada con todo lujo de detalles, curvas, incisiones y acabados - Plumas, girando alrededor de la corona - un símbolo que se refleja también en los cuernos. Los dos lados de las cajas cuentan con dos ángeles reclinados y un mensajero en cuclillas, con las alas hacia fuera como si estuviera listo para volar. Detrás de la anti-reflectante cúpula de cristal de zafiro, el blanco u oscuro de la madreperla de la esfera juega con los contrastes con los numerales romanos y las agujas de oro, brillantes. Al igual que el Memento Mori o el Draco, tres agujas cuentan las horas, los minutos y los segundos. En el corazón del reloj, una segunda caja rodea el movimiento automático ETA 2824.

La colección Angelus de Daniel Strom

Fuente: Daniel Strom