Operando en el altamente competitivo sector de gama media, Louis Erard ha tenido éxito en la apertura de nuevos mercados, de Guatemala a Kuwait. Pero muchos obstáculos permanecen. Entrevista con el CEO Alain Spinedi.

¿Qué ha sacado en claro del último Baselworld?

En general me di cuenta de que había menos gente, sobre todo Rusos y clientela Italiana. Pero nuestras ventas fueron buenas, porque los compradores valoran nuestra capacidad de ofrecer nuestros productos con gran rapidez. No prometemos nuestros relojes al cabo de seis meses, ¡los entregamos al mes siguiente! Lo más difícil está en conseguir un equilibrio en los nuevos mercados, y por lo tanto encontrar buenos minoristas en estos mercados.

Así que, ¿qué nuevos mercados han abierto?

Hemos recibido las primeras órdenes de puntos de venta en países tan distantes como Guatemala y Kuwait. Hoy estamos presentes en cerca de 600 puntos de venta en todo el mundo. En 2014 las ventas minoristas fueron en general positivas, sobre todo en Rusia, Oriente Medio y Suiza. Pero los inventarios de los mayoristas han caído.

¿Qué mercados esperan que se desarrollen aún más?

Francia y Alemania son una prioridad. Pero son difíciles de desarrollar para una marca independiente, dada la presión de los grupos de distribución. Además, ETA ha elevado sus precios aguas arriba. Seguimos siendo una empresa pequeña de 25 personas, con sede en Noirmont. Y tenemos que tomar una serie de demandas en cuenta: los mercados necesitan precios atractivos y están buscando sobre todo volumen, como la India, Malasia y Polonia; y otros, como Suiza, cuya prioridad es el valor. Estamos adaptando, y mirando de satisfacer todas estas demandas, con una amplia gama de productos que comienzan en los 800 francos. Ahora estamos distribuidos por Gübelin en Suiza.

¿Dónde sitúa a los smartwatches?

Me atrevo a decir que no alteran fundamentalmente el mercado, ya que los productos no están lo suficientemente maduros. Son sobre todo para las nuevas generaciones, y todavía tienen que demostrar su valía. Pero no podemos permitirlos el lujo de ignorarlos. No creo que los smartwatches tengan un gran impacto en Louis Erard. Los veo más bien como complementarios. Es como su primera máquina de afeitar... La novedad se desvanece muy rápidamente.