DeWitt desvela su más reciente innovación técnica, el reloj Academia Grand Tourbillon, una edición limitada de 99 piezas, totalmente concebidas y montadas en la Manufactura DeWitt por sus propios maestros relojeros.

Esta nueva creación Academia alberga el calibre DW 8030, desarrollado a partir del movimiento DW 8028, el primero el 100% propio de la Manufactura, un movimiento tourbillon de carga manual, presentado por primera vez en 2010.

Construido con 327 pieas componentes, este calibre se estructura a lo largo de las líneas tradicionales e incorpora numerosas características técnicas de probada eficacia: 18.000 vph, una reserva de marcha de 65 horas, un escape de áncora Suizo y un muelle del volante Straumann con curva Phillips secuenciado a 2,5 Hz.

Por su parte, la visualización de la hora en la forma de una indicación de horas y minutos saltantes refleja la creatividad única de DeWitt y un enfoque innovador, muy lejos de los códigos de la relojería tradicional. Para el ajuste de las horas, un mecanismo de cremallera se activa para dar mayor movilidad a la esfera del reloj. A medida que pasa cada minuto, un muelle desliante se mueve en su lugar, dibujando a los ojos del observador, una vez más las profundidades de este mecanismo sofisticado.

La esfera se compone de una rejilla plateada vinculada al movimiento del reloj que recuerda el funcionamiento interno de la maquinaria industrial a principios del siglo XX.

La fecha se muestra en un tono de color oro rosa en una ventana a las 3 en punto y es ajustable por un corrector situado en el lateral de la caja.

En el reverso el fondo de la caja de zafiro revela un indicador de día / noche, que adquiere un tono color azul para indicar la noche y un tono de color blanco para indicar las horas diurnas.

Como cada tourbillon de DeWitt, el reloj Academia Grand Tourbillon lleva la firma del relojero que monta el reloj, inscrito en la parrilla plateada decorativa situada en la parte posterior del movimiento.

Con el fin de asegurar una calidad perfecta, DeWitt hace que sea un punto de honor que cada movimiento de gran complicación deba ser montado, ajustado y probado por el mismo maestro relojero.

Fuente: DeWitt