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Los remarcables talentos de Vincent Bérard

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abril 2010


Por Pierre Maillard

El pasado otoño, Vicente Bérard inauguró su nueva manufactura cuyos talleres se encuentran en una antigua y bucólica granja de un relojero-agricultor, no lejos de La Chaux-de-Fonds. Estos nuevos talleres, dedicados esencialmente a la preparación, montaje y decoración de los componentes elaborados a mano, permitirán a Vicent Bérard y sus aproximadamente veinte socios producir alrededor de cien relojes al año. Aunque esta producción todavía parece ser más bien privada, constituye un testimonio de un verdadero importante desarrollo comercial de la marca bajo la dirección de Herbert Gautschi. Sus esfuerzos estan apoyados por el grupo de Timex (TGBV), que parece estar decidido a asegurar el desarrollo a largo plazo de la marca para que sea un escaparate de excepción.

El producir un centenar de relojes de tan alta calidad y originalidad es, en sí mismo ya, una hazaña. Para Vincent Bérard,tanto un artista como relojero, la medida del tiempo es una actividad muy exigente. Él es mucho más como un escultor que quiere presentar la función a la forma que él esculpe. Para Bérard, la decoración no es simplemente para adornar y completar las partes de tal o cual manera, sino más bien, debe a de ser una parte intrínseca del diseño estético-técnico del movimiento y su caja. Objetos de arte, sus relojes también son objetos arquitectónicos de la relojería, si pudiéramos decirlo así, en los que ningún elemento o forma es gratuito. Como testimonio de este método es particularmente espectacular la construcción de lo más original del movimiento VB 441, cuyos puentes en forma de uso están dispuestos escalonadamente y decorados con un vibrante guilloche de patrón anillado. Hombre intenso, «embrujado» por una búsqueda interior, Vicente Bérard ha triunfado con el “embrujo” que tienen sus relojes, dándoles una presencia muy particular, que viene de la coherencia excepcional con la que se diseñan y fabrican.

Los remarcables talentos de Vincent Bérard

Los remarcables talentos de Vincent Bérard

TALISMANE 2 PLATINUM OCTALE

Talismane, un reloj para acariciar

Dos nuevas piezas se pueden citar como ejemplo de este enfoque - el Luvorene 2 y el Talismane. Comencemos por este último. El Talismane es una nueva especie de reloj -que no es ni un reloj de pulsera ni un reloj de bolsillo. Por lo tanto, no tiene ni asas ni arco. Es un reloj para acariciar, para sentir, podríamos decir, para tener en la mano, para deslizarse en un bolsillo. Es un objeto íntimo, un “talismán” masculino o femenino, midiendo 45 mm de diámetro, y que Vincent Bérard nos pone a disposición, ya sea en una colección única - La Talismane 1 Quatre Saisons, o en una serie limitada, el Talismane 2 Platinum Octale. Para el Talismane 1 Quatre Saisons, los relojes están disponibles en oro verde, amarillo, rojo o blanco, junto con las piedras preciosas correspondientes, esmeraldas, zafiros amarillos, rubíes o zafiros azules para las versiones de primavera, verano, otoño e invierno. El Talismane 2 Platinum Octale viene en platino con un espectacular diseño en guilloché reticulado.

Los remarcables talentos de Vincent Bérard

TALISMANE, SUMMER

En ambas de estas colecciones, se encuentra el famoso balance misterioso que está descentrado a las 3 h, - cuyo gallo está esculpido con un motivo emblemático para cada temporada, o bien queda desnudo en la versión en platino – así como las esferas del segundero pequeño, las fases lunares y los días de la semana. En la apertura de la parte posterior, dos ojos de buey permiten al usuario ver la aguja del pequeño segundero dorsal y la reserva de marcha. Un “secreto”, permite sin embargo al usuario abrir la tapa trasera y descubrir el esplendor decorativo con el que se ha trabajado específicamente cada movimiento.

Los remarcables talentos de Vincent Bérard

LUVORENE 2

Decoración Maestra

La colección Luvorene 2 es una evolución del Fuseau de l’Infini cuya caja en oro blanco y rojo ahora mide 45 mm de diámetro. Aqui encontramos todos los elementos característicos del método relojero de Vicente Bérard (el balance misterioso; la corona a las 9, la mandorla que incluye las asas, las agujas y los índices; la apertura trasera de la caja; puentes en forma de huso), las aberturas de la esfera para admirar los engranajes, palancas y resortes que impulsan las funciones. Esto permite al usuario ver directamente el resultado, por ejemplo, de dar cuerda a la pieza o de corregir la hora, así como el excepcional trabajo decorativo y arquitectónicos que hacen de los relojes de este tipo objetos notables.

También confirman que Vicente Bérard ocupa un lugar aparte en el mundo de la alta relojería. Indiferente a las modas y las tendencias de la época, afirmando la singularidad de su propias línea junto con una extraña confianza en sí mismo. Otra rareza en el mundo de la relojería: este hombre parece tener todo el tiempo delante de él.

Fuente: Europa Star Magazine Abril-Mayo