editoriales


La metáfora del árbol

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diciembre 2011


La metáfora más preciada entre los relojeros de hoy es la del árbol. Mientras usted va leyendo a través de nuestras páginas, encontrará que se menciona en varios lugares, y que nos la han contado los mismos relojeros. ¿Ejemplos? Uno puede verlo en el título genérico del suplemento que se dedica a Jaeger-LeCoultre con motivo del SIHH, que se llama simplemente, «El árbol de Jaeger-LeCoultre». Otro se encuentra en una entrevista a Philippe Merk, consejero delegado de Audemars Piguet, en la que habla sobre el «árbol del Royal Oak» que oculta el bosque de Audemars Piguet. En la edición anterior de Europa Star se publicó un artículo acerca de Lange & Söhne, que hablaba de su Akademie en los términos de «comprendiendo el árbol y sus raíces.»

¿Por qué la metáfora del árbol se evoca con tanta frecuencia?Tal vez sea porque el árbol, en la mente de los relojeros, tiene mucho que ver con el arte de la relojería al igual que con el estado de nuestras sociedades. De entre todos los seres vivos, el hombre es el mejor en dominar el espacio, mientras que el árbol es claramente maestro en el dominio del tiempo, ya que no hay otro organismo que pueda vivir tanto tiempo como un árbol - 5.000 años para algunas especies tales como los pinos de California. El árbol es, pues, prácticamente inmortal, ya que es capaz de clonarse indefinidamente, como lo demuestra un abeto en Suecia del que se cree que germinó en el 7158 A.C., hace más de 9000 años atrás. Que la relojería, por lo tanto, evoque la metáfora del árbol como el amo del tiempo no es del todo sorprendente. Sin embargo, es el renacimiento de esta metáfora sobre la que nos preguntamos.

La idea de reloj siempre ha coqueteado largamente con la idea de la modernidad, y la importancia social del reloj se ha incrementado junto con los imperativos del comercio global, la regulación del transporte y la coordinación de las economías del mundo. Hoy en día, mientras que el «tiempo instantáneo» se ha impuesto en el corazón de las transacciones financieras, la supresión del espacio y sus fronteras, el árbol, aunque incapaz de moverse, pero con un mejor dominio de la dimensión del tiempo, aparece como un símbolo tranquilizador. El mundo puede desmoronarse a nuestro alrededor, las crisis pueden provocar tormentas en todo el mundo, las jerarquías pueden ser sacudidas, pero el árbol sigue en pie como un punto de referencia reconfortante.

Por tanto, es tentador mirar hacia el árbol en busca de inspiración. Su estructura se presta admirablemente a la metáfora de las marcas de relojes que, en este planeta globalizado, buscan reafirmar su base geográfica y su profundidad histórica (las raíces), así como para re asegurar su solidez (el tronco).También demuestran su saber hacer a través de sus ramas y se enorgullecen de los frutos que se producen cada temporada. El inmutable ciclo estacional del árbol – el cual florece cada año y siempre es fiel a sí mismo aunque diferente, ofrece una imagen muy prometedora.

Así, un árbol representa un patrimonio que está siendo continuamente acumulado. Y si bien su crecimiento a veces lento durante una temporada particularmente fría, nunca se detiene - algo a lo que muchas marcas de relojería aspiran. Sin embargo, también es en los detalles más íntimos en los que el árbol evoca la medida del tiempo. ¿No son los anillos de su tronco los que en realidad marcan el paso cíclico del tiempo, algo así como un reloj natural?

Que la metáfora del árbol sea tan popular hoy en día no es del todo inesperado. El euro puede explotar; la expansión de China puede reducir su velocidad, el nivel del mar podría subir. Pero el árbol continuará su constante crecimiento.

Fuente: Europa Star Magazine Diciembre 20111 - Enero 2012