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Con el mecenazgo de Timex, Vincent Bérard presenta el Luvorène 1

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diciembre 2007


Por Pierre Maillard

Estamos todos al corriente… la carrera para crear relojes mecánicos de muy alta gama ha venido revolucionando la industria relojera suiza durante estos últimos años. Esta competición también ha dado lugar a toda suerte de alianzas, de diversos tipos, principalmente absorciones, fusiones o asociaciones, todas ellas con el objetivo primordial de desarrollar un determinado producto o colección. Ahora bien, en este contexto, ha sido una sorpresa que una marca como Timex, que se especializa en producción en grandes series, diera el salto hacia las alturas para entrar en este muy exclusivo segmento del mercado.

Con el mecenazgo de Timex, Vincent Bérard presenta el Luvorène 1

Si no teníamos esto previsto es que no teníamos en cuenta el hecho de que Timex se ha ido transformando progresivamente en un auténtico grupo relojero, cuyas ambiciones son claramente las de satisfacer las necesidades de todos los consumidores, no solo de aquellos con escasos medios sino también a los más pudientes. Con este objetivo, Timex se ha reubicado en el sector de relojes de moda lujosa, con sus adquisiciones de Valentino y Versace.Y, con su reciente compra de Vincent Bérard, la marca ha dado un paso adelante en el campo de la alta relojería de gran creatividad mecánica.

Independencia Creativa

Para Herbert Gautschi, el nuevo Director General de Vincent Bérard SA, quien ha supervisado toda esta operación, Timex actúa de garante de este desarrollo a largo plazo, reforzado con inversiones planificadas y que corresponden a etapas bien definidas del proyecto. Timex es una compañía familiar, cuyo único propietario es Fred Olsen, un poderoso magnate naviero. (Como curiosidad biográfica, cabe decir que Olsen sirvió como modelo del personaje del Señor Burns en los Simpson). Sentado cerca de Gautschi en la granja del Jura que sirve de atelier a la marca, Vincent Bérard recalca las palabras del primero referentes a los desarrollos a largo plazo. “Este acuerdo es beneficioso porque me dota de los necesarios recursos estructurales con los que podré progresar en mi trabajo con total autonomía creativa”, nos cuenta. “No estamos expuestos a ningún riesgo de canibalización del grupo Timex porque lo que hacemos y como lo hacemos son únicos y vamos a seguir siéndolo.”

Fue noticia en 2005

Fue en BaselWorld 2005, en el stand de la Academia Relojera de Creadores Independientes, cuando Vincent Bérard acaparó en gran medida la atención. Francés de nacimiento, este relojero es un artista por vocación y ha tenido su propio atelier en La Chaux-de-Fonds desde 1992. En BaselWorld 2005 presentó una pieza única muy notable, una variante del modelo “Primavera” de la colección de cuatro carrillones que proponía bajo el nombre de “Las Cuatro Estaciones”. Remarcable por sus inhabituales proporciones, su original movimiento y su excepcional decoración, esta pieza se supuso era también el preludio de otro desarrollo a venir: una colección de relojes de pulsera bajo el apelativo de “Spindle of the Infinite” (eje del infinito). Consciente del potencial de esta colección incipiente, Vincent Bérard se puso a buscar la financiación necesaria y los conocimientos precisos para que el proyecto fructificase. La oferta de Timex, garantizándole completa independencia técnica y artística, parecieron a Bérard la mejor solución concebible

Con el mecenazgo de Timex, Vincent Bérard presenta el Luvorène 1 ‘Spring’ model - Four Season collection

Un movimiento excepcional

El primer reloj de pulsera, el Luvorène 1, fue presentado por Vincent Bérard SA en BaselWorld la pasada primavera de 2007 en el curso de una ceremonia deliciosa organizada en una de las iglesias de la ciudad la noche de la inauguración del certamen suizo, hecho que ya fue relatado en ediciones anteriores de Europa Star. El nuevo reloj ejemplifica el peculiar estilo creativo de este creador de relojes. Como el mismo explica, la idea “no es cambiar la industria de arriba abajo, sino obtener inspiración de las grandes tradiciones relojeras del pasado para darle a la relojería una interpretación contemporánea, con la ayuda de las técnicas disponibles hoy en día”.

Con el mecenazgo de Timex, Vincent Bérard presenta el Luvorène 1

El segundo aspecto determinante de su aproximación a la relojería es su fe en la idea de la independencia absoluta. De esta manera, el VB 441, el movimiento que equipa al Luvorène 1, está totalmente ideado y fabricado por Vincent Bérard, que nos explica que lo creó a partir de una página en blanco. Cuando abrimos la tapa posterior sobre su bisagra, descubrimos una mecánica sorprendente, con una arquitectura totalmente original, inspirada en los llamados puentes de tres cuartos de pletina sobre pilares, como se solían diseñar los puentes en el siglo XVII. En la originalísima pieza de Bérard encontramos cinco puentes sucesivos en forma de pétalos, formando una espiral. La utilización de los pilares nos permite una observación lateral del mecanismo. Otro detalle destacable es que la corona la ha situado a las 9 para poder dejar sitio al péndulo que sobresale de la pletina y que ocupa una protuberancia de la caja situada a las 3. Este péndulo está bautizado como “misterioso” porque esta diseñado de modo que aparece como moviéndose en el vacío, sin engranajes ni otros acoplamientos. Esta particularidad lo hace casi imposible de copiar ya que el sistema de engranajes ha sido diseñado al efecto.

Un “tractor” para más adelante

El movimiento VB441, con una reserva de marcha de 10 días, fases lunares e indicación del día de la semana ha sido concebido para ser el “tractor” de Vincent Bérard. Usándolo como base, el relojero añadirá un repetidor de minutos o un calendario perpetuo en el futuro. Tiene la ventaja de que va a poder usar la misma caja. De hecho, durante la fase de diseño constructivo y funcional de este “tractor”, Bérard dejó espacio suficiente para poder modificar las distintas funciones sin necesidad de añadir capas adicionales como es habitual, y va a colocarlas excavando en el interior del movimiento. Otra ventaja de este singular y hermoso diseño es la robustez del movimiento, resaltada aún más por la arquitectura de pilares y por el grosor de los puentes, engranajes y hasta de los tornillos. Bérard lo ha rediseñado todo, desde los engranajes hasta los tornillos, cuyas cabezas no tienen la tradicional ranura sino tres orificios taladrados que requieren de una herramienta especial para atornillarlos, siendo esta característica de especial utilidad para evitar la intervención de servicios técnicos no autorizados que sin esta especial herramienta no pueden acceder a las partes íntimas del movimiento.

Con el mecenazgo de Timex, Vincent Bérard presenta el Luvorène 1

El Reloj hecho Arte

“Mi interpretación de la Relojería”, nos cuenta Bérard, “es lo que podría llamarse la relojería artística”. Esto significa que la técnica y la mecánica, que quiero que sean simples y resistentes y funcionales, deben tender a una idea artística. Deben ser esclavas del arte, y no al revés. El diseño del movimiento da respuesta precisamente a este requerimiento. La forma del eje determinó la estructura final de los puentes, y esta forma se repite por todo el movimiento. Hasta le da forma al perfil de las manecillas, la corona, etc. Más importante aún, el hecho de trabajar con mayores grosores en los puentes, como ya dijimos, pero también en la esfera, les ha permitido mayor libertad para la decoración. “Porque es gruesa, la esfera de oro se deja trabajar mejor y permite toda clase de adornos. Se puede lacar en negro, engarzarle diamantes, se puede empedrar de gemas, pintar, esmaltar, cualquier cosa que se nos ocurra, sin necesidad de hacer mayores cambios”, nos dice el “artista”. Desde el punto de vista de la decoración, el Luvorène 1 está excelentemente acabado, a la vieja usanza, se podría decir. Está decorado en un estilo totalmente fuera de lo corriente y, como en el caso de la mecánica, sobrepasa cualquier estándar de excelencia (Vincent Bérard nos dice, de pasada, que el famoso “Côtes de Genève” es un tópico relojero). Sus acabados semejan una especie de situación emocional propuesta por su creador. La muy especial forma de la caja irradia una sensación de morbidez. Los distintos tipos de acabado de las esferas los hace destellar sin hacerlos ilegibles. Cuando le damos la vuelta el reloj, encontramos el indicador de los segundos y de la reserva de marcha a través de dos pequeñas ventanas talladas en la tapa de la caja. A base de remarcar esto, de la misma manera que levantamos el capó de un automóvil para admirar su mecánica, uno se queda embelesado cuando ve la belleza y la originalidad del “motor”, decorado con estrías lineales idénticas a las de la esfera. De paso, mencionaremos un pequeño detalle respecto a las cubiertas de cristal de estas diminutas aberturas de la tapa, se trata de dos lentes de aumento que, si nos acercamos lo suficiente, nos permiten apreciar los detalles del movimiento.

En producción

Vincent Bérard y Herbert Gautschi están estos días dedicándose a realizar los últimos ajustes y retoques en su Luvorène 1 antes de iniciar la producción. Posicionado en el segmento de los relojes de muy elevado precio, entre los 42,000 y los 44,000 euros (justificados por su originalidad, acabados y exclusividad), el Luvorène 1 está ahora en su fase de entrada en el mercado. En cuanto a la distribución, Herbert Gautschi explica que, contrariamente a lo que podríamos imaginar, las sinergias con el grupo Timex están lejos de no ser tenidas en cuenta. En el importante mercado asiático, por ejemplo, la distribución de los relojes de Vincent Bérard se beneficiará de la presencia del grupo y de su red comercial, con el añadido de lo que Gautschi ha creado durante su larga estancia en la industria. Aparte de Asia, los principales mercados señalados como objetivos son Europa, Rusia y Ucrania.