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Maurice Lacroix conquista la memoria mecánica con el nuevo Mémoire 1

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noviembre 2008



Maurice Lacroix acaba de presentar un reloj verdaderamente excepcional. Mientras hemos tenido noticias suyas por espacio de un año – más exactamente, sabíamos que estaba en camino – no nos habíamos hecho una idea muy precisa de lo que iba a ser. Maurice Lacroix ha ido generando expectación de forma muy habilidosa sobre su nuevo modelo, dejando que la información se filtrara en pequeñas dosis, provocando un crescendo de suspense y tensión a lo largo de sus, por ahora, cinco actos.

Por Pierre Maillard

Acto 1º: BaselWorld 2007

Unos treinta periodistas de todo el mundo son invitados, uno por uno, a visitar el stand de Maurice Lacroix donde acceden a un pequeño habitáculo que recuerda el interior de una cápsula espacial futurística. En el centro encuentran una aparentemente inofensiva mesita baja. En la pantalla de una de las paredes aparece proyectada la película de título “¿Los mecanismos pueden recordar?” Esto nos aclara un poco el tema, pero lo que sigue nos conduce a confusión y misterio… Una especie de bola de billar acelera deslizándose a gran velocidad a lo largo de un carril suspendido en el vacío, donde flotan unas imágenes que representan los diferentes tiempos en la vida. La bola se entreabre y muestra sus complicadas entrañas, de las que surge un brazo articulado con una pinza en el extremo, con la que pellizca una de las imágenes flotantes. La bola vuelve a deslizarse por el carril hasta detenerse para depositar la imagen en lo que parece ser un círculo mecánico. Llega otra bola, equipada con un ojo lenticular, retrata la imagen recientemente depositada, tras lo cual se aleja velozmente. Las bolas comienzan a cruzarse unas con otras, una pasando imágenes, otra retratándolas, etc.

Maurice Lacroix conquista la memoria mecánica con el nuevo Mémoire 1 PRIMER ACTO

El film termina y de la mesita baja surge una caja de cristal. En el centro se halla un reloj de diseño insólito. Pero apenas da tiempo a inclinarse para verlo mejor cuando la caja desaparece de nuevo dentro de la mesita. Frente a nosotros, Philippe Merk, el Director General, y Sandro Reginelli (Product Manager) esbozan una enigmática sonrisa. Las estudiadas respuestas a nuestras preguntas son sucintas. “Sí, un mecanismo puede recordar y nosotros lo demostraremos con nuestro Mémoire 1.” Todo lo que podemos averiguar es que el misterioso mecanismo es un cronógrafo de tan solo dos manecillas: minutos y segundos y un visor de horas en un disco. Accionando un pulsador integrado en la corona, el reloj pasa instantáneamente de la función de tiempo a la función de cronógrafo que utiliza las mismas dos manecillas para indicar las tomas de tiempos. A una nueva presión sobre el pulsador el reloj retorna al modo horario sin detener el cronógrafo, que sigue contando para que el usuario pueda volver a mirarlo a voluntad. Entre estos dos modos, que utilizan las mismas dos manecillas para expresarse, no se producen pérdidas de memoria. De momento no nos dirán mucho más y no nos darán detalles de este extravagante mecanismo. Bien, excepto uno: lo componen 537 piezas.

Acto 2º: Un movimiento que funciona hacia atrás

Debimos esperar muchos meses para saber más detalles acerca del Mémoire 1. El círculo mecánico de la primera película se ha transformado en un movimiento mecánico automático. Pero aparece tan brevemente que seguimos sin comprender lo que sucede. Se nos dan algunas explicaciones adicionales que, lejos de aclarar las dudas, lo que hacen es plantear numerosas incógnitas. Nos dicen que el movimiento, el Calibre ML128, ha sido creado y desarrollado por completo en Maurice Lacroix. Pero, oh sorpresa, ¡los engranajes giran en sentido contrario a lo habitual! Nos dan una explicación, y es que el resorte está enrollado en el eje del barrilete de derecha a izquierda y no como es habitual de izquierda a derecha. Esto implica que el tren de engranajes que transmite la potencia al órgano regulador gira a la inversa antes de proveer de energía al escape. Ahora tenemos claro el “como” pero no el “porqué” el movimiento tiene que girar marcha atrás. La respuesta a esta y otras preguntas deberá esperar… Aún sin haber visto el reloj al completo, nos informan de algunos de los detalles técnicos y de diseño. El rotor es exocéntrico, pequeño y asimétrico. También sabemos que será de un material pesado, el tungsteno. Pivota sobre un cojinete de bolas diseñado especialmente para este calibre y se arma de forma bidireccional. Este rotor trabaja directamente en reversa a través de un trinquete “mágico” que optimiza los movimientos de muñeca del usuario. A causa de sus reducidas dimensiones, el rotor permite una buena visión de los órganos internos del Mémoire 1 que están decorados y recubiertos de una capa de PVD tantalizado. Un último detalle, de carácter estético pero también técnico, es que las gemas del movimiento son blancas y transparentes. Aparte de la belleza que pueda emanar su transparencia, además le permite al relojero supervisar mejor los engranajes y controlar a simple vista la cantidad de lubricante que le aplica a la cavidad de la joya. Para saber más, deberemos esperar al tercer acto.

Maurice Lacroix conquista la memoria mecánica con el nuevo Mémoire 1 SEGUNDO e TERCER ACTO

Acto 3º: Todo o Nada

En septiembre de 2007 nos llegan unas pocas migas de información nueva. Maurice Lacroix se reafirma en su voluntad de producir este reloj. No se trata, en ningún caso, de conseguir un golpe de efecto técnico, sino que el objetivo debe ser la creación de una pieza que deberá tener reservado un lugar en los anales del arte y oficio relojero. Esta determinación coincide claramente con la estructura de una estrategia a medio plazo para ascender de posicionamiento en el mercado, para conseguir la verticalización industrial del fabricante y de construir la propia imagen de marca. La intención es crear una gran marca que, en un futuro próximo,penetre en el selecto club de las más prestigiosas firmas. Con el Mémoire 1, Maurice Lacroix se pone en el camino que la lleve a conseguir sus ambiciosas metas. Nos llegan unos pocos detalles nuevos. El primero hace referencia a un sistema denominado de vaivén que ha sido patentado. Gracias a un pulsador en la corona se pueden seleccionar alternativamente los dos modos de funcionamiento.El indicador de qué modo se está usando es una manecilla situada a las 3. El accionamiento, detención y puesta a cero del cronógrafo se hacen de la forma más tradicional,con los pulsadores ubicados a las 2 y a las 4. El Mémoire 1 equipa un dispositivo accesorio que suscribe el principio de “todo o nada”de los repetidores de minutos, en el que la sonería se desengancha sólo si la cremallera es empujada a fondo. Este dispositivo permite la perfecta sincronización de movimientos durante los cambios de modo (tiempo o crono) y supervisa la exactitud de las indicaciones memorizadas. Cuando se selecciona el mecanismo de vaivén, el mecanismo de conexión “todo o nada” acciona los tres sistemas de memoria que corresponden a las horas, minutos y segundos. ¿Pero cómo funciona todo esto? Ya que, tal como nos han dicho, el reloj también muestra la fecha en un indicador totalmente nuevo y original, el modo de funcionamiento de todo ello se nos escapa y quizá deberemos esperar al próximo cuarto acto para quedar iluminados al respecto.

Acto 4º: Nos vemos en Shanghai

Para el cuarto acto nos invitan a Shanghai, lugar donde va a ser desvelado finalmente el Mémoire 1. ¿Y por qué Shanghai, se preguntarán ustedes? La respuesta nos viene revelada por la organización elegante, brillante y creativa del evento mismo. Más allá del descubrimiento del propio reloj, el mensaje emitido por la marca es diáfano: al organizar el evento en el corazón de una de las metrópolis de mayor crecimiento del mundo, Maurice Lacroix declara sus intenciones de conquista sobre nuevos mercados y territorios.Pero si la intención es obvia, el método no deja de ser sutil. La herencia cultural ancestral de China se yuxtapone a la innovación y la vanguardia del futuro.

Maurice Lacroix conquista la memoria mecánica con el nuevo Mémoire 1 CUARTO ACTO

Así, por ejemplo, cuando volvemos de una excursión a un pueblecito de la China ancestral, lo hacemos en el tren magnético más rápido del mundo.Al visitar la obra de lo que será el edificio más alto de Asia nos llevan en coches antiguos de los años 30 a un restaurante que fue, en la etapa de las Concesiones Internacionales, el consulado del Reino Unido. El show previo a la presentación del reloj combinó a un grupo de abueletes chinos haciendo tai-chi con otro grupo de jóvenes acróbatas urbanos. Y es que este es exactamente el posicionamiento que está buscando Maurice Lacroix, la maestría en el arte relojero más tradicional pero infundida del espíritu más vanguardista. Y, finalmente, se alza el telón para descubrir el reloj que tan brevemente entrevimos seis meses atrás. Como lo describe Sandro Reginelli,“en este reloj todo derrocha modernidad, sencillez y pureza. Ese es su punto fuerte.Aunque se trata de una pieza extremadamente complicada, su apariencia a simple vista es de sencillez. Sin pecar de extravagante al mismo tiempo es extraordinario. No resulta interesante o atractivo por su tamaño o por la presencia de metales coloreados, o por la adición de decoraciones técnicas o estilísticas innecesarias. Todo se basa en la simplicidad extrema de su función de memoria. En este caso, estamos ante una “gran complicación” que no tiene aspecto de complicada.” La caja de oro blanco se ha construido en diversos niveles. Una de Las primeras cosas que nos llaman la atención es la angulosa aguja segundera que recorre la esfera por encima de la escala ubicada en una franja lateral alrededor del costado de la caja. La esfera propiamente dicha está dividida en diferentes niveles. En la parte exterior de la misma gira el disco horario transparente, fabricado en un material inhabitual en relojería. Se trata de un cristal mineral de densidad mayor que el zafiro común. El siguiente aro desciende en pendiente con la abertura de la ventanilla de la fecha perfectamente visible. Luego viene la esfera central con la aguja de minutos y segundos, que tiene una ventanilla que muestra el modo seleccionado. Una abertura a las 6 permite ver la parte superior del mecanismo de la memoria de segundos. La correa de piel de cocodrilo va completamente integrada en la caja mediante un sistema de bisagras. El acabado es espectacular y alterna zonas pulidas como un espejo con zonas satinadas, lijadas o “microbillée”. Estamos realmente impresionados, pero deberemos aún esperar para saber exactamente cómo funciona todo esto.

Acto 5º: BaselWorld 2008, se acabó la espera

Al final, las cosas van quedando claras. Con sus 537 componentes, el Mémoire 1 es el reloj de tres manecillas más complicado que se haya hecho nunca. Repasemos algunos de los principales elementos del mecanismo de memoria que van integrados en un movimiento que a su vez ha sido expresamente desarrollado para este guardatiempos. Su escape suizo se desarrolló específicamente para los requerimientos específicos de esta complicación y su órgano regulador transparente y ajustable oscila a 28.800 alternancias por hora. Véanse más detalles del Acto 5º, más arriba.

Maurice Lacroix conquista la memoria mecánica con el nuevo Mémoire 1 Los tres mecanismos de memoria

El Mémoire 1 posee tres mecanismos de memoria en consonancia con el tipo de función. El mecanismo para las horas está a las 12, el de los minutos a las 9 y el de los segundos a las 6. Este último es visible a través de una abertura en la parte inferior de la esfera.

Los tres componentes del mecanismo de memoria

Cada uno de los mecanismos de memoria está formado a su vez por tres componentes principales. En la base está el engranaje de transporte que ejerce la conexión entre el movimiento y la complicación. El segundo dispositivo es el conjunto de cronógrafo con todos los elementos que aseguran el funcionamiento de un cronógrafo tradicional, incluidos el acoplamiento y el corazón del cronógrafo, que permite la puesta a cero del cronógrafo. El tercer componente es el bloque de modo, que contiene el núcleo de la memoria del cronógrafo,un engranaje intermedio con dos levas de martillo que memoriza el tiempo y un engranaje de transporte intermedio móvil. Un sistema excepcionalmente complejo es el responsable de conmutar entre las memorias según el modo seleccionado. Una de las levas de martillo recupera la información o bien desde el núcleo de la memoria del reloj (mostrando la hora) o bien desde la memoria del cronógrafo (mostrando la toma de tiempos). Cuando la leva superior activa el núcleo “Tiempo”, las dos levas se encuentran opuestas pero separadas por el engranaje móvil de transporte. Entonces, la leva inferior libera el núcleo de memoria “Chrono” y viceversa.

Maurice Lacroix conquista la memoria mecánica con el nuevo Mémoire 1

Función Arranque/Paro

La tradicional rueda de pilares que controla las funciones de cronógrafo ha sido substituida por una leva que se acopla. Esta leva actúa directamente sobre unas tenazas en el cronógrafo. Cuando se activa la función de arranque, la leva de acoplamiento abre las tenazas del cronógrafo y libera el tren de engranajes para que la toma de tiempos pueda iniciarse. Cuando se para el cronógrafo, se procede en sentido inverso y las tenazas bloquean el tren de engranajes.

Maurice Lacroix conquista la memoria mecánica con el nuevo Mémoire 1

Puesta a cero

El nivel de martillos es el responsable de poner a cero el cronógrafo. Su forma y las distintas posiciones del anillo de control de martillos permiten que la leva del cronógrafo se alce o caiga sobre el corazón del mecanismo de memoria del cronógrafo permitiendo su puesta a cero.

Maurice Lacroix conquista la memoria mecánica con el nuevo Mémoire 1

Control del Cambio de Modo

El cambio de modo se controla con el aro de liberación. Mientras dura la liberación, dos aros mantienen activos los tres núcleos de memoria con la ayuda de tres engranajes cónicos de bloqueo, permitiendo la alternancia entre los dos modos (Tiempo y Cronógrafo). Además de los engranajes cónicos, el aro de liberación integra los sistemas de vaivén y “todo o nada”. El sistema de vaivén es un pico en el muelle de liberación que posibilita la exhibición del cambio de modo. El sistema “todo o nada” es un sistema de seguridad equipado de un muelle que conecta el engranaje cónico del aro de liberación al muelle, provocando que los componentes se desplacen a lo largo del trayecto completo para así obtener un cambio de modo de operación perfecto.

Una aventura colectiva

Se precisaron dos años para desarrollar esta magnífica idea nacida en enero de 2006. Es indudablemente un lapso de tiempo breve si tenemos en cuenta la complejidad del sistema. El proyecto lo inició Philippe Merk que deseó que Maurice Lacroix se convirtiera en “un destacado fabricante de relojes dentro del vasto panorama de las grandes marcas suizas.” Se materializó con la formación de un grupo, L’Atelier Maurice Lacroix, integrado por expertos en construcción, ingeniería y relojeros tanto de la firma como externos a la misma. Al contrario de otras marcas que no revelan información relativa a sus subcontratistas externos, Maurice Lacroix no ha dudado en revelar sus colaboraciones externas con plenitud de detalles. Entre éstos, dos de ellos han representado un papel destacado en el Mémoire 1: Les Artisans Horlogers, especialistas en la creación y desarrollo de movimientos y complicaciones y los diseñadores de la compañía White SA. La pregunta que se les planteó a los miembros del Atelier Maurice Lacroix fue: ¿Cómo es posible obtener distintas indicaciones sin dejar de presentar una apariencia clásica de la esfera? “Esta pregunta persiguió al equipo durante toda la fase creativa del proyecto hasta el día en que uno de los miembros del equipo hizo la siguiente observación: “El cronógrafo es una de las principales especialidades de Maurice Lacroix así que ¿porqué no diseñamos un cronógrafo de solo tres manecillas?” O, en otros términos, proceder a la creación de un movimiento mecánico que haga lo que solo se puede hacer hoy día con un dispositivo de cuarzo.” De aquí arrancó todo el proceso creativo. El resultado, como puede comprobarse, supera las expectativas. El Mémoire 1 es espectacular. También es clásico, puro y a la vez técnico y caprichoso. Su diseño produce satisfacción y facilidad de utilización al cliente final – una forma de respeto, de principio a fin, de esta aventura maravillosa.

Source: Europa Star April-May 2008 Magazine Issue