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¿Qué se recordará del 2023?

EDITORIAL

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diciembre 2023


¿Qué se recordará del 2023?

Gracias a que hemos digitalizado todos nuestros números desde hace casi un siglo, a menudo me encuentro hojeando escritos de la época en que mi padre, mi abuelo o mi bisabuelo estaban al frente de esta publicación. Al pasar la mirada del pasado al futuro, me pregunto qué recordará la historia de la relojería de 2023.

¿Q

ué eventos destacados se incluirán en las dos o tres líneas dedicadas a este año relojero específico, dentro de 100 años? En ejercicios retrofuturistas como éste, tiendo a centrarme en las principales tendencias subyacentes, incluso si están respaldadas por acontecimientos concretos.

El primero sería probablemente el liderazgo reafirmado de Rolex en toda la industria. Cada industria necesita una locomotora y no hay duda de qué nombre está escrito en el costado de este motor en particular. Esto se aplica tanto en sentido ascendente (fabricación) como en sentido descendente (comunicación y distribución). Y no se trata sólo de cifras de ventas y beneficios, sino de su posición de liderazgo en el sector en su conjunto.

Ya sea en términos de distribución, con la compra de Bucherer, de gestión de eventos, con su presidencia de Watches and Wonders, o de fabricación, con la aparición del fabricante de movimientos Kenissi, dondequiera que se mire en la industria relojera, Rolex se ha colocado en una posición de importancia estratégica. Y una posición estratégica es también una posición de responsabilidad dentro del ecosistema.

Otra observación, a medida que el año relojero llega a su fin, es que, después de un período de euforia, las nubes se acumulan sobre el sector de las subastas. Se ha demostrado que falta transparencia y el olor a arrogancia está en el aire: no es de extrañar que un éxito desbocado se encuentre con sumas de dinero deslumbrantes. A medida que la marea comienza a cambiar en el mercado secundario, probablemente no hayamos oído las últimas crisis y escándalos.

Todo empezó cuando surgieron revelaciones sobre un Speedmaster de 1957 vendido por Phillips y comprado por Omega por una suma récord (más de 3 millones de francos), que posteriormente resultó ser un “Frankenwatch”. Las investigaciones están en curso. Otro cataclismo azotó el silencioso mundo de las ventas de relojes de alta gama: la subasta benéfica Only Watch de este año organizada por Christie’s (que estableció el récord del reloj más caro de la historia, cuando el Patek Philippe Grandmaster Chime en acero se subastó por 31 millones francos) fue cancelado después de que surgieran preguntas sobre la gestión financiera de la organización. El jurado aún está deliberando. Y finalmente, el año terminó con la venta de los tesoros relojeros pertenecientes a un coleccionista en una confusa carrera de último momento. Eso es suficiente para un año.

Pero hay una cosa importante que recordar. Detrás de todos estos incidentes está el poder de las redes sociales, que son muy buenas para atacar a personas y entidades que hasta ahora se contentaban con permanecer en las sombras y sacarlas a la luz. Esto también podría describirse como una tendencia subyacente, que no está exenta de riesgos y excesos, ¡aunque de otra naturaleza! ​

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