onocimos a Aso Leon el pasado mes de Marzo, en GemGenève en Ginebra, donde exponía como parte del escaparate de “talentos emergentes” de la feria. Aunque “emergente” no es la palabra adecuada para alguien que elabora joyas desde 1995.

Después de 20 años trabajando en la fabricación de joyas OEM en Panyu, donde aprendió su oficio, Aso Leon es ahora un artista joyero independiente, especializado en titanio desde 2005. A pesar de una brillante reputación en su país de origen, su nombre era totalmente desconocido en cualquier otro lugar, por la sencilla razón de que, antes de GemGenève, Leon nunca había puesto un pie fuera de China (y sólo hablar Chino).

Ver sus joyas por primera vez es como descubrir un tesoro escondido durante décadas. El camino académico no era para él: Aso León quería ser artista y rápidamente se dio cuenta de que las joyas y las gemas eran el lenguaje con el que podía expresar sus ideas.

Después de un período de prueba y error (es muy difícil trabajar con titanio), Leon utiliza la electrólisis para lograr los colores y reflejos que desea. “A diferencia del oro y la plata, el titanio te permite elegir tus colores. Disfruto viendo cómo la luz juega en la superficie. Sientes cuán poderoso es el diseño”.

Continúa explicando que “el titanio no es como el oro. Con el oro, puedes moldearlo en cualquier forma que desees, mientras que el titanio debe formarse en partes separadas que luego se ensamblan”. Gracias a su experiencia, ha desarrollado un método único para crear sus joyas escultóricas. ​

Él mismo corta sus aguamarinas (de hecho, todas sus gemas). La libertad que conlleva la independencia significa que puede darles la forma que elija: extremadamente plana y delgada como el hielo. Luego los fija a mano utilizando una técnica de su propia invención: similar al engaste cerrado, también se asemeja al método plique-à-jour para esmalte. Una vez montada cada piedra en su círculo de titanio, ensambla los elementos individuales, formando la forma deseada mientras trabaja. Es una técnica que requiere habilidad y no poca paciencia: ocho meses para completar una mariposa. El resultado es sorprendentemente hermoso, su textura casi orgánica e infinitamente ligera.

Se inspira en la naturaleza; no reproducirlo servilmente sino interpretar lo que ve de manera poética. La pintura tradicional china es otra fuente. «Me propuse desarrollar joyas que fueran más allá de las obras maestras antiguas, utilizando piedras casi como pintura», dice. Sabe que no existe la perfección en este mundo y prefiere el dicho de que “la naturaleza tiene sus caminos supremos que van más allá de la comprensión humana”.

Las joyas de Aso León describen no sólo la belleza de lo que ve; también transmite lo que él siente. Su joya mariposa es una mariposa y su idea de una mariposa, en parte criatura alada mágica, en parte nenúfar. Esta forma de aprehender el mundo que le rodea hace que sus joyas sean totalmente únicas. “Me gustaría que mis joyas difundieran algo de la filosofía zen”, afirma. “Hoy en día todo debe hacerse rápidamente. Quiero animar a la gente a que se tome un tiempo; para reducir el ritmo y experimentar la naturaleza, para dejar que los recuerdos salgan a la superficie. Quiero utilizar mis joyas para explicar la magia de la naturaleza”.

Cuando se le pregunta por qué cree que hay tanta vitalidad y creatividad en la joyería asiática contemporánea, responde que “durante los últimos 50 años, los artistas joyeros de Asia han estado aprendiendo a contar historias que el resto del mundo está descubriendo ahora. Hemos visto surgir muchos creadores y marcas asiáticos en los últimos años. Siento que China está cada vez más orgullosa de sus creadores y joyeros. Pertenezco a una generación que creció durante la reforma económica de China, así que tuve la suerte de estudiar y aprender todas las habilidades que necesitaba trabajando en la industria manufacturera en Guangdong y Hong Kong. Nuestra clientela también se ha ampliado. La gente solía comprar joyería comercial. Ahora están más interesados en piezas únicas y coleccionables de creadores independientes”.

De hecho, para alguien que ya posee varias piezas importantes de los creadores más famosos, existe una emoción -algo que los coleccionistas de arte contemporáneo reconocerán- al descubrir nuevos nombres y ampliar una colección con el trabajo de un independiente que no tiene miedo de reinventar. este arte centenario.