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Los Súper-relojes

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abril 2008


Primero fueron los relojes complicados, luego vinieron los ultracomplicados. El tamaño de los guardatiempos se hizo más y más generoso y más adelante vinieron recubiertos de diamantes. Por si esto no fuera poco, ahora vemos como emerge una nueva categoría de marcas que están creando piezas verdaderamente excepcionales. Son los Súper-relojes, destinados a los súper-ricos. uno de los efectos de la globalización ha sido la eclosión de una nueva clase social internacional que podríamos bautizar como “los nuevos billonarios”, “los híper-ricos” o, mejor aún, “los súper-ricos”. Esta nueva categoría, amparada por la desregulación financiera y alimentada por los paracaídas de oro, las “stock options” y los incrementos en el precio del petróleo, no es exclusiva, ni mucho menos, de los países de la OCDE. Ha florecido extravagantemente en las naciones “emergentes” como Brasil, Rusia, India y China, por ofrecerles solo algunos de los más significativos ejemplos. Esta nueva clase mundial tiene una cosa en común: su insaciable apetito por las cosas excepcionales, inhabituales y escandalosas. No debe sorprendernos que la relojería, como productora de bienes preciosos que tradicional uno de los efectos de la globalización ha sido la eclosión de una nueva clase social internacional que podríamos bautizar como “los nuevos billonarios”, “los híper-ricos” o, mejor aún, “los súper-ricos”. Esta nueva categoría, amparada por la desregulación financiera y alimentada por los paracaídas de oro, las “stock options” y los incrementos en el precio del petróleo, no es exclusiva, ni mucho menos, de los países de la OCDE. Ha florecido extravagantemente en las naciones “emergentes” como Brasil, Rusia, India y China, por ofrecerles solo algunos de los más significativos ejemplos. Esta nueva clase mundial tiene una cosa en común: su insaciable apetito por las cosas excepcionales, inhabituales y escandalosas. No debe sorprendernos que la relojería, como productora de bienes preciosos que tradicionalmente han sido los juguetes preferidos de los ricos y poderosos, haya ido progresivamente adaptándose a esta tendencia. De hecho, la industria relojera ha estado bien posicionada para triunfar en el sector desde que u rama más prestigiosa, la relojería mecánica, ha disfrutado de un auge sin precedentes en popularidad, a pesar de una tecnología que, intrínsecamente, ha quedado superada por la relojería electrónica. Así, el reloj mecánico ha cambiado su estatus, pasando de ser un objeto utilitario a una envidiable posición de símbolo social.Y, en el campo de los símbolos, los súperricos definitivamente exigen que lo que vayan a gastar valga la pena. En otras palabras, cuanto más delirante, más excepcional y más extravagante es un reloj, mejor. Esta ansia por lo excepcional ha influido directamente en el increíble aumento del tamaño de los relojes de todos los segmentos. Cuánto más superficie de reloj, más fácil es añadirle complicaciones y visualizadores inhabituales. Entre los que iniciaron hace unos años la moda de los relojes sobredimensionados se encuentran los raperos norteamericanos. En su día se mofaron de ellos por su desmesurada afición a llevar la mayor cantidad posible de chatarra. Sus críticos, no obstante, dieron prueba de un muy alto grado de miopía cuando despreciaron esta moda porqué, solo unos pocos años después, hasta el segmento más respetable de la relojería sucumbía a esta tendencia. Estas “locuras” eventuales acabaron por convertirse en patrón de moda universal.

El ejemplo de HD 3

En su mayor parte, estos guardatiempos surgieron de los talleres de relojeros independientes o de pequeñas empresas que escogieron trabajar en el segmento de los Súper-relojes. No les resultó excesivamente difícil ya que, empezando desde cero, no tenían mucho que perder.Tampoco temieron desafiar los tabús que constreñían a las grandes marcas. La combinación de imágenes digitales, que permite la creación de las más espectaculares formas, y laf abricación con utillaje de control numérico les facilitaron enormemente la tarea.

Los Súper-relojes Capture by HD3, Raptorpor HD3

Los Súper-relojes HD3 Group, Idalgo XT-2 por HD3

Los Súper-relojes Bi-Axial Tourbillon por HD3

Con propensión al estilo Art Déco, Jean Dunand diseña relojes que aspiran a crear un vínculo entre innovación técnica y artes decorativas. Encontramos este vínculo en su más reciente serie de relojes Shakaba, que fusionan influencias del Art Déco y el arte Egipcio y muestran una intrigante esfera que combina manecillas, discos y rodillos de forma muy enigmática. Técnicamente, Shakaba reúne una colección ecléctica de complejidades micromecánicas. Es un repetidor de minutos con sonería de catedral – una complicación admirable intrínsecamente – acoplada a un calendario perpetuo cuyas indicaciones de fecha, día y mes son mostradas por cuatro pequeños rodillos. Un sistema de transmisión de 90º totalmente original ha sido desarrollado para moverlos. Adicionalmente, estos rodillos – ajustables mediante los dos pulsadores a ambos lados de la corona (el día se cambia con el pulsador de las 2 y las otras funciones del calendario con el pulsador de las 4) y por un pulsador coaxial a la corona (meses y años) – saltan instantáneamente a medianoche. La indicación de año bisiesto también es muy peculiar. Una pequeña pletina que completa un giro cada cuatro años ilumina la letra B para el año bisiesto y los otros años marca 1, 2 o 3 troquelados en la esfera. Las fases lunares gozan de una teórica precisión de un día por cada 120 años, y se representan por la rotación de un disco que oculta o revela la luna. Otra sutileza es que la indicación de la reserva de marcha va engranada directamente al resorte del barrilete y aparece perfectamente visible en la trasera del reloj. Toda la información viene integrada en un decorado con separaciones geométricas construidas a cuatro niveles distintos y espaciado por secciones piramidales de oro rosa. Obviamente, la producción de estas piezas tan excepcionales es muy limitada dados los precios en los que se mueven, de los 243.000 Euros del Tourbillon Orbital a los 343.000 Euros del Shakaba. Thierry Oulevay prevé fabricar 40 unidades en 2008. El pasado año se vendieron seis unidades de otro modelo, el Grande Complication, con 12 complicaciones integradas, que se vendieron a 437.000 Euros cada uno.

Badollet, un recién llegado

La moda de los Súper-relojes sigue atrayendo nuevos protagonistas a escena y así, hace poco, Badollet anunció su llegada al mercado. Los planes del recién llegado, según Aldo Magada, su Director General, son muy ambiciosos. Tienen intención de producir más o menos 100 unidades anuales al precio de 125.000 Euros cada una. Los inversores de la compañía (coleccionistas e inversores alemanes) no tienen prisa y apuestan por el largo plazo. De momento no han presentado ningún prototipo, pero se espera la presentación de la primera colección durante BaselWorld 2008. Badollet ha anunciado cuatro modelos diferentes equipados de cuatro mecánicas distintas – un tourbillon volante (en colaboración con BNB) con pletina de meteorito, un tourbillon cronógrafo, un repetidor de minutos y otra pieza más que por el momento lleva el misterioso nombre clave de Bambú. Su diseño es muy peculiar, y todos los elementos del movimiento, que incluye puentes de aluminio/magnesio, han sido economizados al máximo. Y eso es todo lo que nos dirá la marca, por ahora.Además de los relojes, Badollet ha anunciado la presentación de otros objetos “relacionados con el tiempo”, como un reloj de arena mecánico en el que se reemplazará la arena por un carro de tourbillon. Los orígenes del nombre Badollet proceden de una dinastía de relojeros ginebrinos con ramificaciones internacionales (miembros del clan Badollet se aposentaron en París, donde se dice que trabajaron con Breguet, en Londres y en los EE.UU. donde un miembro del clan fundó la ciudad de Nueva Ginebra). Cuando se le pregunta si esta historia familiar no es más que un pretexto, Aldo Magada defiende la elección del nombre. Al contrario, se reafirma al decir que “nos inspiramos en su historia, en sus orígenes relojeros, para proyectarnos al futuro. La saga de los Badollet nos brinda una línea de actuación definida. Fueron relojeros interesados en los procesos de industrialización de su época y que sabían distinguirse a sí mismos por su continuado interés tecnológico como atestigua el tratado “La excelencia en la relojería” publicado en Ginebra en 1889 por Jean Badollet.” (Este tratado ha estado recientemente reeditado por la marca.)

Los Súper-relojes Badollet Pocket Watch por Badollet

Esta búsqueda en sus raíces implica un tipo de relojería que está lejos de los focos, declara Magada. Contraria a los modelos espectaculares que están de moda actualmente, Badollet intenta favorecer la “profunda reflexión técnica y el alto valor añadido basado en la calidad de la caja y de los acabados.” Para conseguir sus objetivos, la marca ha tejido una densa red de subcontratistas exclusivos en Ginebra y en la región del Arco del Jura y no demuestra ninguna intención de verticalizar la producción a cualquier precio. Badollet ha creado su propia oficina técnica para proceder al desarrollo del movimiento y la caja. Gradualmente, la marca prevé dominar lo esencial respecto a las cajas y al servicio post-venta. Magada insiste especialmente acerca del servicio a los Súper-relojes de la marca. Cada unidad vendrá acompañada de una vasta gama de servicios: completa información para cada cliente incluyendo su propia página web personalizada, donde podrá hacer el seguimiento del proceso de fabricación; una garantía de cinco años; mantenimiento periódico incluso a fin de garantía; recogida y entrega a domicilio por un representante de la marca; reloj de substitución durante las operaciones de mantenimiento; y servicio personalizado de conserjería las 24 horas del día. Badollet es tan sólo la última de las marcas decididas a invertir en el sector de los Súperrelojes. Podríamos decir que es el segmento más lujoso, pero es un segmento que requiere que las marcas presenten auténticas novedades, técnicas o estéticas o, más aún, en cuanto a servicio y distribución. Es muy importante poder considerar al fenómeno de los Súper-relojes como un banco de pruebas para el conjunto de la industria relojera

“En los tiempos heroicos,” explica Valérie Ursenbacher, del grupo de diseño relojero HD3 Complication (asociado a Jörg Hysek y Fabrice Gonet), “empezábamos por hacer un prototipo para luego medirlo todo con sensores y, finalmente, tratar de reproducir la forma deseada con el utillaje disponible. Evidentemente, estábamos muy limitados. Hoy en día podemos pasar directamente de mi ordenador, en el que diseño en tres dimensiones, a las máquinas de control numérico de las que va a salir la pieza. Ahora todo es posible.” La aventura de los tres mosqueteros de HD3 Complication viene muy bien como ejemplo de la migración a los Súper-relojes. Por formación, los tres son diseñadores (no relojeros) y han trabajado juntos durante casi quince años bajo el liderazgo de Jörg Hysek. En un momento dado, siguieron voluntariamente a Hysek en el momento en que éste decidió vender su primera empresa. Actualmente trabajan en un pequeño edificio acurrucado entre viñedos a medio camino de Ginebra y Lausana. Decidieron que iban a “pasárselo bien”, en palabras de Jörg Hysek, “y más desde que la tendencia imperante es la de hacer piezas realmente especiales.” Para este trío de diseñadores un poco bohemios todo sucedió de manera increíble. “Piensen tan solo que en octubre del 2003 le mostramos un libro a un detallista ruso en el que habíamos recogido nuestras propuestas creativas” nos dice Jörg Hysek, “No contenía más que algunos esbozos y aún así nos hicieron un pedido por valor de casi cuatro millones de Euros y un adelanto para iniciar la producción.” En el 2004 la producción comenzó con los dos primeros modelos, el Capture diseñado por Valérie Ursenbacher y el Raptor creado por Fabrice Gonet. Estaban compuestos por dos tourbillons La Joux Perret montados en cajas de diseño impactante y decoración futurista. Aunque habían sido conceptualizados fuera de la caja, por así decirlo, fueron acabados con el máximo esmero relojero. El Raptor es el más extraordinario y la pieza que mejor oculta sus secretos. Cuando se abre su doble caja encontramos un tourbillon bajo el cual aparece un segundo movimiento, un cronógrafo de cuarzo con display digital que muestra la fecha y un segundo huso horario. El precio de estos primeros “juguetes” fue de 114.000 Euros para el Capture y 146.000 Euros para el Raptor. Desde luego, no está nada mal para unos principiantes. La aventura de la compañía prosiguió en el 2006 con la llegada del Idalgo XT-2 diseñado por Jörg Hysek. Con la creación de este verdadero monstruo (mide 65 X 52 mm. por un grosor de 15 mm.), HD3 Complication dio un paso al frente yendo más allá de la preparación de un movimiento preexistente, creando un verdadero movimiento al servicio de un nuevo tipo de display. Es la perspectiva de un diseñador, sin duda, pero este reloj fusiona cuidadosamente sus órganos internos con la estética. Las características de la pieza incluyen un único movimiento que mueve una esfera doble con, en un lado, una ventanilla para la hora saltante, un minuto retrógrado y un segundero y, por la otra parte, una ventanilla para la gran fecha y otra para la masa oscilante. El proyecto íntegro fue posible gracias a la colaboración con BNB, el fabricante de la mecánica, que no entró en la empresa por azar. Mientras que la huída progresiva de las formas tradicionales de lectura de la hora se dan principalmente entre los diseñadores independientes, ahora este tipo de relojería se ha hecho accesible por la colaboración de jóvenes diseñadores y fabricantes de movimientos con ganas de experimentar nuevos conceptos de relojería dejando atrás la producción más tradicional para aparecer con algo radicalmente nuevo y original. A este respecto, una compañía como BNB Concept SA es especialmente representativa de la disponibilidad de nuevos recursos técnicos sin los que esta “nueva relojería” ajena a los grandes grupos industriales no hubiera sido posible. La verticalización de los grandes grupos, concretizada por la disponibilidad de unidades de producción propias complementadas con la adquisición de entidades externas, ha sido gradualmente contrapesada por la proliferación de una completa red de pequeños, y muy avanzados, proveedores. Otro factor muy importante es que una entidad pequeña como HD3 Complication admite una flexibilidad de producción de la que carecen las grandes estructuras, que son poco manejables. Esto obviamente les permite una mayor capacidad de reacción. “Hacemos en casa absolutamente todo el resto,” insiste Jörg Hysek. Comunicación, relaciones públicas, catálogos, expositores, empaquetado y el sitio web de la marca están bajo control directo de los diseñadores. Cuando no trabajan en un reloj se van al taller de al lado, agarran unos pinceles y expresan su creatividad sobre un gran lienzo. Es un tipo de ejercicio de creatividad que les permite conceptualizar un reloj como el Biaxial, la última obra de Fabrice Gonet. Esta pieza es un espectacular tourbillon biaxial desarrollado por BNB que muestra la hora utilizando números en dos rodillos tridimensionales. Los once relojes previstos ya han sido vendidos.

MB&F, una aventura colectiva

Mientras Jörg Hysek se declara ferviente admirador de Greubel Forsey ( “los grandes maestros”) de los que respeta especialmente la calidad de su trabajo y el espíritu del relojero, se autodefine como, ante todo, un diseñador, aunque no deja de reconocerse a sí mismo la capacidad de “articular grupos de talentosos relojeros”. Esta facilidad de formar excelentes equipos de profesionales la podemos admirar también en otro personaje, Max Büsser, quien creó MB&F (acrónimo de Max Büsser and Friends, Max Büsser y Amigos). Durante un largo período fue Director General de Harry Winston Timepieces donde consiguió ascender la marca al reino de la Alta Relojería. Büsser se ha visto atraído por el potencial del concepto de Súper-reloj. Esto es debido, probablemente, a su experiencia con la muy arriesgada colección de relojes Opus, que innegablemente mostraba aspectos extremadamente innovadores. La carta blanca, o casi, que se les dio a los ferozmente independientes diseñadores (entre otros, Antoine Preziuso, Vianney Halter, François-Paul Journe y Félix Baumgartner) para que creasen piezas fuera de serie, impresionó a todo el mundo. No solo se convirtieron los Opus en tema de conversación en las ferias de relojería sino que demostraron que hay un verdadero reconocimiento público de la relojería de excepción.

Los Súper-relojes

Los Súper-relojes

Los Súper-relojes Horological Machine por Max Büsser & Friends

Un estratega genial, Max Büsser, cuando dejó Harry Winston, pacientemente generó una especie de rumor de fondo acerca de lo que iba a presentar. Su primer golpe maestro fue el nombre con que bautizó a sus relojes – un nombre misterioso, que seguramente atraería a los chicos de pantalón corto que siguen siendo coleccionistas en su corazón – Horological Machines (Máquinas de Relojería). Esta nomenclatura daba también a entender que la pieza era algo más de lo que un simple reloj podía ser. En palabras de Max Büsser, sus relojes son “unas máquinas altamente tecnificadas del siglo XXI” sin dejar de ser meros guardatiempos cuyas “excepcionales calidad y acabados atestiguan lo mejor del saber hacer del arte de la relojería.” Para alcanzar su objetivo, Max Büsser partió de una idea que él mismo califica de utópica, la formación al entorno de cada “Horological Machine” de un verdadero esfuerzo colectivo dedicado a la creación, en muy pequeñas cantidades, de relojes de concepción radicalmente nueva. Igual que él había hecho con los Opus, en los que concedió el crédito al relojero que lo creaba (en contraste con muchas otras marcas que no revelan el nombre de sus colaboradores externos), Büsser decidió desde el inicio que pondría el énfasis en la verdadera naturaleza colectiva y colaborativa empleada en la creación de cada nuevo reloj. En MB&F, todas la personas que trabajan en un proyecto en concreto están posicionadas en el mismo nivel. (Max Büsser, el empresario, sigue siendo el principal accionista de la compañía, con la minoría de las acciones en poder, desde hace poco, de Serge Kriknoff, el antiguo director general del fabricante de componentes G&F Châtelain, que abandonó el cargo para unirse a la nueva aventura de MB&F.) Büsser fue capaz de reunir este colectivo gracias a la sólida red de contactos que estableció durante su época al frente de Harry Winston. Este esfuerzo colectivo incluye no solo a los proveedores sino también a una selecta red comercial de detallistas audaces. Es más: es con los detallistas que Max Büsser inició su aventura. Recorrió el mundo para mostrarles, no un prototipo sino un simple boceto. La mayoría de los detallistas se unieron a su proyecto y así MB&F pudo empezar la realización del “Horological Machine Nº 1”. Esta impresionante “máquina”, con su caja inmensa con forma de 8 transversal, que contiene cuatro barriletes en paralelo, puede acumular una reserva de marcha de siete días y tiene un tourbillon sobreelevado central. Al contemplarlo el éxtasis está garantizado. A partir de ahí, azuzando al público con una escalada de sorpresas, MB&F pasó al desarrollo del “Horological Machine Nº 2”, que no se desveló por completo hasta hace bien poco. De nuevo se trata de una caja masiva, rectangular esta vez, con dos esferas, una que muestra la hora (instantánea, de saltos) y, concéntricos, los minutos retrógrados y la otra que muestra la fecha retrógrada alrededor de una doble fase lunar hemisférica. El invento va movido por un mecanismo automático Girard-Perregaux. Como en el HM Nº 1, la atención al detalle de los acabados es extrema, demostrando nuevamente que las máquinas del siglo XXI son una fusión entre la mejor relojería tradicional y la liberación de las ataduras que ésta representa. La fórmula parece que les funciona – MB&F ha anunciado un giro de 3.200.000 Euros en 2007 y tiene un talonario de pedidos completamente lleno que les permitirá facturar 5.400.000 Euros en 2008.

Jean Dunand, piezas únicas

Otro gran ejemplo de Súper-relojes lo encontramos en la marca Jean Dunand, cuya filosofía se resume en las palabras de Thierry Oulevay, Director General y fundador junto a Christophe Claret: “No hacemos relojes para el público sino para personas.” Así, Jean Dunand se enorgullece de hacer solo piezas únicas y de ofrecer, en cada una de sus colecciones, mecanismos inéditos hasta la fecha. La primera hazaña de Jean Dunand fue la creación, en 2005, del Tourbillon Orbital. Diseñado por Christophe Claret, este tourbillon fue, en cierta medida, responsable de un largo número de delirios tourbillonescos que le siguieron. A pesar de todo, sigue siendo excepcional. Se basa en el principio de que el barrilete y el tourbillon, ubicados en puntos diametralmente opuestos el uno del otro, están sustentados entre dos pletinas aguantadas por pilares que giran sobre cojinetes. Así, la pletina superior conforma una esfera giratoria con una abertura a través de la cual surge el tourbillon. La puesta en hora y el remontado del resorte no se hacen mediante la tradicional corona sino verticalmente a través de la trasera del guardatiempos. La carencia de corona permite la ubicación de dos ventanillas en la carrura que permiten la visión lateral del mecanismo. En la abertura de las 3 aparece una aguja indicadora de la reserva de marcha. La unicidad de cada pieza viene conferida por la esfera, que es esculpida individualmente a partir de una piedra excepcionalmente original tales como la anaconda fósil o el caviar.

Los Súper-relojes Shabaka y Tourbillon Orbital por Jean Dunand