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DeWitt – Crecimiento vertiginoso

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diciembre 2007


Por Keith W. Strandberg

DeWitt – Crecimiento vertiginoso

En nuestros días, ampliamente considerados como la Edad de Oro de la relojería, las compañías crecen a velocidades inauditas, dejando pequeñas las instalaciones que las vieron nacer. Esto es lo que le sucedió hace poco a DeWitt, que se tuvo que trasladar de su ubicación en los terrenos de la residencia Ginebrina de Jérôme DeWitt cerca de la frontera francesa a las nuevas instalaciones de mayores dimensiones en la zona de Vernier en Ginebra.

El Crecimiento

DeWitt ha estado creciendo a un ritmo que ni el propio DeWitt podía imaginar. Sorprendido por el éxito, con los relojeros trabajando en el garaje de su residencia familiar en las afueras de Ginebra, DeWitt decidió trasladar a unos nuevos locales más espaciosos toda la operativa de sus talleres. “Si debo trabajar con propiedad, deberé integrar todas las operaciones,” dice DeWitt. “Hemos encargado nueva maquinaria y estamos creando nuevas secciones. Hemos iniciado la producción de nuestros propios engranajes debido, entre otras razones, a las demoras en los plazos de entrega de los proveedores. De esta forma podemos controlar mejor la calidad.” En 2003, la marca DeWitt podía contar a sus empleados con los dedos de una mano y ahora suman 48 y más están por llegar.“La razón principal de trasladar la fábrica a Vernier ha sido el aumento de la plantilla ya que tuvimos la oportunidad de contratar a algunos excelentes relojeros”, nos explica DeWitt. “Esta gente viene para trabajar en desarrollo y necesitábamos espacio para nuestra maquinaria. Para producir piezas minúsculas se precisan máquinas gigantescas, así que nos hemos tenido que dotar de máquinas de control numérico, lásers y cosas por el estilo. Hemos empezado a independizarnos y nuestro objetivo es acabar produciendo nuestro propio movimiento. Pensamos en un movimiento simple, que construiremos como una plataforma. Empezaremos con movimientos de cuerda, luego automáticos, cronógrafos, etc.” “Ahora necesito tener un departamento de investigación y desarrollo en la fábrica,”nos sigue contando. “El mercado está fuerte. Seguiré con el movimiento BNB Concept mientras desarrollo mis propios movimientos en mi fábrica.”

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La nueva fábrica

El edificio al que DeWitt llama ahora “mi casa” es un antiguo taller de Rolex. Es el primero en reconocer que el edificio no es perfecto pero está relativamente bien acondicionado y, de momento, funciona. La compañía DeWitt ya no es una pequeña empresa familiar. Ha crecido tanto que ha debido dotarse de una estructura y una planificación a largo plazo. A pesar de estos cambios en la organización, las decisiones aún se toman con rapidez. Para poder reaccionar rápidamente a las nuevas tendencias y llevar sus ideas al mercado con agilidad, es de suma importancia poder fabricar algunas de las piezas fundamentales en la propia fábrica. “El Señor DeWitt desborda en ideas y para desarrollarlas todas no podemos confiar plenamente en los proveedores externos,” nos cuenta Pascal Brandt, responsable de comunicación de DeWitt. “Nos haremos las piezas más críticas, ya que tene-mos espacio de sobra para expandirnos”. “El Señor DeWitt es libre, curioso y dispone de los medios para satisfacer su curiosidad”, continúa. “Aquí las decisiones se toman con celeridad y no tenemos que esperar seis meses a que se reúna la junta para decidir sobre un tema.” La posibilidad de responder a una cuestión simplemente cruzando el pasillo o bajando un piso resulta una ventaja determinante para qué DeWitt se mantenga competitiva y puntera. “Tenemos más desarrollos, más complicaciones y ejercemos un mayor control gracias a disponer de más actividades dentro de la fábrica”, dice DeWitt. “El cuaderno de cargas de marketing debe ser igual al producto final. Queremos producir un producto perfecto, con “defecto cero”. Esto no es fácil llevarlo a cabo puesto que se trata de productos hechos mano. Si tenemos empleados trabajando en la fábrica y nos mantenemos dentro de los límites de nuestras posibilidades aún vamos a tener una oportunidad de lograrlo.”

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El mercado para los relojes DeWitt

La marca vende considerablemente en todo el mundo. Los mejores mercados, según Philippe Boven, director mundial de ventas, están donde DeWitt tiene sus tres filiales: Asia (Hong Kong), Estados Unidos (Miami) e Italia. Los mercados de las economías emergentes tienen buena pinta para DeWitt ya que son más permeables a las nuevas propuestas. “Rusia es una gran oportunidad para nosotros,” nos comenta Boven. “Vamos muy bien con los rusos en el extranjero y queremos estar presentes en el mercado interior ruso. Tenemos agentes en todo el mundo y revendedores con los que tenemos trato directo. En este momento tenemos cerca de 80 puntos de venta en el mundo. No nos hemos introducido todavía en China y aún así, sin China, hemos incrementado un 50% las ventas en 2007. China está en los planes para 2008.” “Por el contrario, Europa es un mercado maduro y conservador. Las tiendas llegarán con el tiempo, primero vamos a desarrollar la red de distribución. Necesitamos algo de tiempo para acondicionar nuestra capacidad de producción para atender a las demandas de nuestros actuales puntos de venta.Ahora bien, disponer de nuestra propia red de tiendas es un objetivo para los próximos dos años.” “De momento la producción está alrededor de los 1.000 relojes al año y en DeWitt estaríamos orgullosos de mantenernos en esa cifra. Es una cuestión de calidad”, nos explica. “Si pudiera hallarse la solución para aumentar la producción sin sacrificar la calidad, lo haríamos, pero en hacer un reloj se tarda lo que se tarda porque cuidamos el detalle y ponemos énfasis en la perfección.” “Hay demanda para nuestros relojes. Pero debemos controlar los puntos de venta debido a nuestras limitaciones productivas: estamos obligados a ser muy selectivos. Les pedimos a los revendedores que respeten nuestra imagen. Es nuestro cuarto año y hemos conseguido generar una excelente imagen de calidad a nuestro alrededor. Mantenemos relaciones estrechas con nuestros clientes, confían en nosotros y no vamos a poner eso en peligro.” DeWitt lleva un ritmo de crecimiento tan alto que nadie confía que las actuales instalaciones sean algo definitivo sino una solución transitoria. “Hemos arrendado estas instalaciones que están de camino del aeropuerto,” explica DeWitt. “El edificio es antiguo, poco eficiente energéticamente y, francamente, podría estar mejor. Espero poder construir o comprar unas instalaciones más adecuadas en un futuro inmediato. Debemos cavarnos nuestras propias raíces: no es una buena solución estar de alquiler y no tener una base sólida.” Estamos seguros de que veremos a DeWitt trasladarse a unas mejores instalaciones en el curso de los próximos años. Pero estén tranquilos en lo que respecta a los relojes que fabrican: van a ser los factores determinantes en la fórmula DeWitt.