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Chanel, relojería legítima

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marzo 2009


Por Pierre Maillard

“Chanel”… un nombre legendario. Por una parte, Chanel pertenece a la historia de la moda, que Mademoiselle transformó para siempre y por otra parte, es una leyenda viva con una historia que se está escribiendo día a día. Aún así, el hecho de ser un icono de la alta costura no le confiere necesariamente derecho automático a ingresar en las altas esferas de la relojería. Una invitación a este mundo elitista requiere no solo constancia y tesón sino, además, estar en posesión de una verdadera legitimidad relojera. La cuestión de la legitimidad es algo que no se obtiene o se otorga por decreto. Se construye paso a paso adquiriendo el dominio de los varios oficios y dominando las técnicas de la relojería. Es un lento proceso de sedimentación que pasa por muchas fases de obligado cumplimiento, Cuando Chanel empezó a fabricar relojes en 1987 con el modelo Première ya se orientó en la dirección que iba a seguir en adelante. El planteamiento de la marca nos recuerda vagamente al proceso de entrada en una orden religiosa, donde cada medido paso que se da debe asumirse de por vida. El camino elegido por Chanel es de largo recorrido, con las paradas necesarias para aprovisionarse progresivamente del bagaje necesario para afirmar su legitimidad relojera pero sin perder de vista los propios valores. Uno de estos valores es primordial: la marca exige que la tecnología sea la base del diseño y no al revés.

Chanel, relojería legítima

Place Vendôme - Paris, Chanel No 5 perfume, Chanel’s “Première”

Chanel, relojería legítima

El Première Con los conceptos muy claros, la marca dio sus primeros pasos en la relojería desde la perspectiva del estilista y diseñador. Bajo la brillante dirección creativa del desaparecido Jacques Helleu, la aventura de Chanel en el mundo de la relojería comenzó en 1987 con una creación que sintetizó la magia de la numerología (Chanel Nº5 oblige) y la importancia de ser su opera prima. Se le puso el definitorio nombre de Première, estreno. Como el tapón de la botella de Nº5 y como el diseño de la Place Vendôme donde vio la luz, el Première adoptó un diseño rectangular con los ángulos achaflanados. Para mantener los códigos estilísticos definidos magistralmente por Coco Chanel, la marca eligió los colores blanco y negro. De este modo, hizo que el Première fuera de laca negra o de madreperla blanca, creando un estilo que, en contra de las costumbres relojeras imperantes, ponía la tecnología al servicio de la estética. En 1987 aún era raro encontrar relojes femeninos que no fueran una simple reducción a escala de un reloj de hombre y el Première era un objeto diseñado específicamente para mujeres. Desde un buen principio, este reloj marcó un giro en el diseño, una revolución radical en la percepción, al igual que hizo Mademoiselle Chanel cuando presentó su escueto vestido negro en los años treinta. Ahora, veinte años más tarde, el Première sigue siendo un puntal central en la oferta de Chanel. Este año, la gama vuelve con fuerza con una serie de modelos imbuidos de una sorprendente pureza de líneas, disponibles en un surtido de materiales: acero, cerámica blanca o negra, oro blanco de 18 quilates con cerámica blanca o negra, con 52 diamantes engastados en la caja u, opcionalmente, con un brazalete de 216 diamantes.

El J12: El toque del maestro En el año 2000, Jacques Helleu y su equipo en Chanel causaron sensación con la presentación del J12. Quedaba de manifiesto el toque del maestro. Un reloj de diseño impecable con un aire deportivo que, en los años siguientes se iba a convertir en uno de los iconos de la relojería del siglo XXI. Y también es el responsable de elevar la cerámica al rango de los materiales nobles. El desarrollo del reloj le tomó siete años a Helleu, quien lo describía como “intemporal, indestructible, en negro brillante o blanco deslumbrante.” Se esforzaron durante siete años hasta obtener una cerámica suficientemente estable, que no se rayara ni oxidara y cuya dureza fuera parecida a la del diamante. Esta tecnología productiva requirió de gran maestría para dominarla. A veces, el empezar de cero permite alcanzar un resultado insospechado. Este fue el caso del J12, del que Jacques Helleu tuvo que inventar, de la nada, todos los códigos de diseño del modelo ya que entonces Chanel no poseía ningún bagaje en cuanto a relojería masculina. Para alcanzar sus objetivos, Helleu se inspiró en el automóvil, también en los barcos J12 que el Barón Bich armaba para la Copa América de la época. Otra fuente de inspiración fue el Stealth, el yate de Gianni Agnelli, negro de la quilla a las velas. Durante este septenio, Chanel se ganó los galones de firma relojera. Adquirió gran cantidad de conocimientos y estableció sus propios talleres alejados de la Place Vendôme, en La Chaux-de- Fonds, en el corazón relojero de Suiza. El J12 empezó a demostrar con rapidez la extraordinaria versatilidad de su diseño, puro, funcional y legible y a la vez con líneas audaces y suaves. El J12 le permitió a Chanel ir añadiéndole nuevas funciones relojeras, construyendo su legitimidad en este campo. El diseño extremadamente equilibrado del reloj se prestó a toda clase de transformaciones sin perder un ápice de su personalidad. El primerísimo J12 en cerámica negra apareció en 2000 y llevaba un bisel cerámico giratorio y o bien una pulsera cerámica negra o una correa de goma. En 2002 alcanzó a ser un cronógrafo certificado COSC. El año siguiente se presentó el primer modelo en cerámica blanca y el primer cronógrafo blanco saldría un año después. En 2005 Chanel presentó el muy deportivo J12 Superleggera de 41 mm que combina cerámica negra con aluminio anodizado. Y en 2007 se presentó el J12 GMT que monta una manecilla GMT cromada con punta roja que señala el segundo huso horario en una escala grabada en el bisel cerámico exterior.

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J12 Tourbillon negro con diamantes, J12 Tourbillon blanco con diamantes, J12 Superleggera en aluminio y cerámica

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J12 Cronógrafo en oro rosa con zafiros or diamantes cerámica blanca o negra

Chanel, relojería legítima

J12 Cuarzo, diamantes en los índices, J12 Cronógrafo blanco, diamantes en los índices, J12 automático, esmeraldas en los índices

Chanel, relojería legítima

J12 GMT Automático, J12 3125 Automático, J12 Haute Joaillerie, cerámica y diamantes

Un icono de la relojería (y de la joyería) Paralelamente a los modelos antes indicados, el J12 inició una larga y amistosa relación con los diamantes y la piedras preciosas. Así pues, a este reloj deportivo, se le dotó de un alto nivel de refinamiento convirtiéndolo progresivamente en un icono de la joyería. Ya desde el año 2002 el J12 demostró su adaptabilidad a la joyería, ofreciendo una combinación inédita de elementos en contraste: la cerámica blanca o negra yuxtapuesta al brillo de los diamantes blancos o negros, seguida luego con el empleo de otras piedras preciosas. Inicialmente solo se aplicaban las joyas al bisel hasta que en 2004 se empezaron a aplicar también a los brazaletes. En 2005 la marca presentó la serie J12 Index. En su lustrosa esfera, las manecillas rodiadas señalaban a los indicadores de las horas, que inicialmente fueron diamantes y luego rubíes. A finales del 2006 aparecieron las versiones del J12 con los marcadores de diamante y el centro de la esfera pavimentado con 110 diamantes. En 2004 el J12 dio origen al J12 Joyería, con esferas y biseles repletos de diamantes blancos y negros tallados en baguette. Posteriormente, se convirtió en un reloj de alta joyería a base de combinar en unidades sublimes los diferentes materiales tales como la cerámica, el oro blanco de 18 quilates, los exuberantes brillantes, los rubíes y las esmeraldas, todo ello recubriendo el reloj completamente. Hoy día, el J12 se manufactura por completo en los propios talleres de Chanel en La Chaux-de-Fonds.

Ingreso en la Alta Relojería Durante el tiempo que Chanel dedicó a la creación de piezas de joyería clásicas y de diseño no descuidó su investigación en el más puro arte de la relojería. En 2005, durante la locura por el tourbillon, Chanel propuso su propia versión de esta complicación emblemática de la relojería. Esta desviación drástica de su rumbo habitual atrajo enormemente la atención. De hecho, el J12 Tourbillon era el primer tourbillon realizado sobre una platina cerámica. Inicialmente de un grosor de 2 mm, la platina se mecanizaba con una tolerancia de 1/100, una gesta nunca antes conseguida. El puente superior de la jaula del tourbillon está cuidadosamente labrado en cristal óptico con tal de enfatizar las partes móviles a la vista. Desde entonces, la relojería se mira con otros ojos al gran modisto que se enorgullece de sus muchos logros en la relojería. El ingreso de Chanel en el sancta sanctorum de la Alta Relojería se ha producido con formalidad y elegancia. Por si hubieren dudas reminiscentes sobre el valor relojero de la marca, la presentación del J12 Calibre 3125 durante el 2008 se encargó de disiparlas de una vez y por todas. Después de casi 10 años de existencia, el J12 había demostrado sobradamente su valía y precisaba disponer de su propio motor, un mecanismo automático de alta relojería para él en exclusiva. Para alcanzar este objetivo, Chanel se dirigió a uno de los principales fabricantes suizos del sector de la Alta Relojería: Audemars Piguet. El resultado inicial del acuerdo de cooperación entre el modisto y esta manufactura independiente (acuerdo carente de implicaciones en el capital mutuo) es el movimiento 3125 basado en el AP3120. En el 3125, Chanel rediseño el puente del volante y vistió el rotor de oro con cerámica negra. El movimiento Chanel/AP 3125 es un excelente movimiento automático de alta precisión con una gran capacidad de absorción de impactos gracias al doble puente del volante. Éste es de grandes dimensiones, de par de inercia variable que se regula con ocho pequeños contrapesos. En su movimiento automático de precisión, el J12 lleva un barrilete capaz de almacenar la energía necesaria para hacerlo funcionar durante 60 horas gracias a su rotor de cerámica y oro montado sobre cojinetes cerámicos, a su sistema de cambio rápido de fecha y al mecanismo de detención del volante para permitir el ajuste preciso de la hora. Las características sumadas del calibre Chanel/AP 3125 significan el certificado de ingreso definitivo de Chanel en el universo de la Alta Relojería de precisión. La decoración y acabados del movimiento, tan contemporáneos y creativos como son, no obstante respetan los códigos de la relojería tradicional: achaflanados, cepillado al diamante, pulido y decoración Côtes de Genève. El movimiento, dentro de su caja J12 de cerámica negra con detalles en oro de 18 quilates, combina la excelencia de la mecánica con la perfección gráfica y una inimitable legibilidad.

Chanel, relojería legítima

The Chanel / AP 3125 Moviemento Automático

Pensando a largo plazo En estos tiempos convulsos que parecen significar el fin de una era de grandes excesos, Chanel obtiene ahora los frutos de su labor, de sus esfuerzos a largo plazo para construir paso a paso su innegable legitimidad relojera. Su enfoque “no ha sido influenciado ni por los designios del marketing ni dictado como reacción a las tendencias de la moda. La creatividad por encima de todo”, dice el portavoz de la marca. “Primero y principal: queremos hacer relojes maravillosos manteniéndonos absolutamente fieles a nosotros mismos.” En opinión de Nicolas Beau, director internacional de relojería de Chanel, “la actual crisis, aunque pueda debilitar la red de distribución, hará que los clientes vuelvan a lo básico. Quiero creer que Chanel, si sigue en su línea, será parte del grupo más selecto de marcas perennes y legitimadas que resistirán bien el proceso. Chanel posee una fuerte identidad, no solo en términos de estilo y diseño, sino también en sus fundamentos relojeros.” Sin haber cedido nunca a los vaivenes de las modas, Chanel ha ido paulatinamente desarrollando un catálogo único y sin parangón y que a la vez permanece fuertemente ligado a la herencia y patrimonio de la compañía. Una de las tendencias que la marca ha ignorado es la de los relojes sobredimensionados. Incluso la más masculina de sus piezas permanece dentro de unas dimensiones razonables. Durante el progresivo avance en la relojería, Chanel ha conseguido que cada una de sus piezas sea, de algún modo u otro, digna de figurar en los anales del oficio. Consideremos el delicioso Matelassée, el floral Camélia o el vanguardista Chocolat, por citar unos pocos. En sus talleres de La Chaux-de-Fonds, Chanel puede fabricar la totalidad de los componentes de la caja (excepto las esferas) así como el ensamblaje y el control de calidad de la totalidad de la producción. Paralelamente, la firma proseguirá en el desarrollo de las tecnologías de manipulación de la cerámica. La marca ha hundido firmemente sus raíces de auténtico fabricante y eso debería permitirle aguantar los embates de las tormentas que se avecinan. Evidentemente, la legitimidad no se obtiene por decreto. Solo se obtiene con constancia y tesón. Es el precio a pagar por trascender y perpetuarse.