«Lo digital también se puede equiparar al lujo»
Slyde se presenta como un “fabricante de lujo digital”. Lanzada en 2012, la marca Suiza propone un concepto original: la transformación de los movimientos y complicaciones como los tourbillons en una reproducción virtual, y mostrarlos en la esfera digital del reloj. Precio medio: 8.500 francos. «Damos acceso a las complicaciones a un precio asequible», señala Nicolas Courcoux, director de ventas de Slyde. Los primeros relojes fueron entregados al inicio del 2012.
En ese momento, nadie había oído hablar de los smartwatches. El Sr. Courcoux rechaza instintivamente la comparación, sin embargo, puede ser inevitable. «Nosotros no ofrecemos ningún tipo de conexión con un teléfono móvil. No hay botones, todo es táctil. Pero si usted quiere hacer un paralelismo, me gustaría señalar que el teléfono móvil no reemplazó a la Leica. Lo que es más, nuestra reserva de marcha es de entre tres días y tres semanas, dependiendo del uso, lo que es mucho más que un smartwatch. El principal desafío para el smartwatch sigue siendo la duración muy corta de su batería.»
El resultado de una colaboración entre el famoso diseñador de relojes Jörg Hysek y el inversor Alain Nicod, que se especializa en nuevas tecnologías, Slyde navega las aguas entre dos mundos. El producto ha precisado de un desarrollo de tres años y medio, y ha requerido de una inversión significativa, del orden de los 10 millones de francos.
¿Para que resultados? «Estamos casi en números negros. Pero en la relojería, la rentabilidad es una empresa a largo plazo. Paradójicamente, las crisis nos han ayudado. Los consumidores en China y Rusia están buscando en Suiza, alta relojería a un precio más barato, que es lo que estamos ofreciendo. Además, no necesitamos surtirnos de esferas, agujas o movimientos, que son los cuellos de botella en el mercado de la relojería.»
La caída del rublo, sin embargo tiene un efecto negativo en las ventas de la marca, casi el 50% de los cuales provienen de los clientes de Europa del Este. «Pero tenemos una base sólida en Japón, Dubai, París y Estados Unidos. Y a diferencia de otras marcas, tenemos la suerte de contar con dos fuentes de ingresos: relojes y movimientos digitales. Estos últimos son exclusivamente para los modelos Slyde.»
La compañía tiene presencia en alrededor de un centenar de tiendas multimarca de todo el mundo. «No es fácil convencer a los minoristas de dar una oportunidad a una nueva marca. En estos días, algunos grupos de relojería y grandes independientes están monopolizando los escaparates. En nuestro caso, también tenemos que convencer a los minoristas que la tecnología digital puede ser considerada un lujo, que somos complementarios a las mejores marcas.»
Hoy en día, Courcoux ve tres posibles vías de escape para las pequeñas marcas independientes: centrarse en el mercado de gama alta, tener acceso a un capital significativo, o desarrollar un producto verdaderamente revolucionario. «O, mejor aún, las tres». En su opinión, muchas pequeñas marcas independientes están bajo una amenaza inminente. «Muchos de ellas eran capaces de sobrevivir gracias a China y Rusia. Los Rusos, en particular, están muy interesados en las marcas no convencionales. El hecho de que ambos mercados estén cayendo al mismo tiempo representa un grave problema para la industria. No todas ellas han tenido tiempo suficiente para desarrollar los mercados más maduros.»
«Tarde o temprano, se termina por ser comprada por un grupo; lo que es inevitable», opina Nicolas Courcoux, señalando el ejemplo reciente de Ulysse Nardin (ahora una subsidiaria de Kering). "Cierto número de marcas independientes, incluso algunas que son bastante grandes, están actualmente buscando un comprador. Muchas de ellas no son rentables. En un grupo, las marcas rentables pueden cubrir las pérdidas de las que no lo son.
Fuente: Europa Star Magazine Marzo del 2015
Usted encontrará debajo la segunda parte de estos casos de estudio por marcas.
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