editoriales


Lakin anda suelto: El reloj suizo de la dinastía Ming

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julio 2009


Lakin anda suelto

Por D. Malcolm Lakin

Me intrigaron las fotos que se publicaron a principios de año de un reloj-anillo que fue extraído de una tumba china de más de 400 años de antigüedad. Ni que decir tiene que los arqueólogos se quedaron consternados, preguntándose como había llegado el reloj ahí. Jiang Yanyu, al antiguo conservador del Museo de la Región Autónoma de Guangxi, explicaba: “Cuando intentamos retirar la tierra que envolvía el féretro dimos con una piedra que cayó al suelo con ruido metálico. La recogimos inmediatamente y vimos que se trataba de un anillo. Al limpiarlo quedamos desconcertados al comprobar que se trataba de un reloj.”

Lakin anda suelto: El reloj suizo de la dinastía Ming

Sus manecillas marcaban las 10:06 y la palabra “Swiss” aparecía grabada en la tapa de la caja, para mayor confusión, ya que los expertos aseveran que la tumba ha permanecido inalterada desde su enterramiento, durante la dinastía Ming, período que acabó en 1644. Más o menos por la época en que nació la relojería suiza como consecuencia de las reformas llevadas a término por Juan Calvino y sus correligionarios y en la época en que Suiza fue definitivamente reconocida como un estado independiente (1648) por las naciones vecinas. Con este amasijo de información inútil en mis manos, decidí pedir consejo a mi acupuntor chino Hwang a quien, debo admitirlo, hacía lustros que no llamaba ni veía. El primer intento de llamada se estrelló contra su contestador automático: “Tu no habla con Hwang polque Hwang no aquí. Puede yamá a móvil y puede Hwang habla.” Busqué el número de su móvil y llamé. Tras unos segundos de música discordante se oyó su voz de falsete:

“Hwang al apalato.”

“Hola, Hwang.”

“Son las cuatlo cualenta.”

“Soy Lakin.”

“Oh, ¿tu yama pala sabel hola? ¿Tu no puede tenel leloj como todo mundo? Yo no habla con tu jamás.”

“He estado muy ocupado, Hwang.”

“Hwang tambien ocupado. Yo ahola en Hong Kong investigando fieble polcina. La comida china de veldad me pone malo de baliga pelo aun no necesital pañales”.

“Siento que no estés bueno, Hwang, pero debo hacerte una pregunta urgente. ¿Sabes algo acerca del reloj que se ha encontrado en una tumba de 400 años de antigüedad?”

“Hwang sabe sí. Peliódico ha dicho. Yo se oligen leloj.”

“¿Oligen leloj?”

“Si, oligen. De donde leloj.”

“Bien, pues dime lo que sabes. Europa Star me ha autorizado a que te pague efectivo por ello.”

“¿Glande efectivo?”

“No me quejo, pero mi glande es un tema privado.”

“Leloj fablicado en China cuatlocientos años atlás.”

“¡Venga ya, Hwang! Es imposible.”

“China hacía leloj hace cuatlocientos años, es hecho complobado, todo mundo sabe.”

“Ya, ¿y la palabra “Swiss” en la tapa del reloj?”

“Swiss es el luído de viento y malca de leloj chino fablicado en China. Chinos hace leloj antes que ustedes. Ustedes de Suiza copian leloj Chino y nomble país.”

“No estoy de acuerdo, Hwang. La relojería Suiza se inició en Ginebra cuando las reformas de Calvino prohibieron llevar joyas, de manera que los joyeros se reciclaron en relojeros. Eso fue en 1540, aproximadamente.”

“Ji, ji. ¿Sabel quien Calvino?”

“Claro que se quien fue Calvino.”

“Él Chino. Calvino chino.”

“¡No digas tonterías!”

“Él Chino. Fablica leloj en China desde año catapún. En Temple Street todo lleno leloj malca Calvino. Él glande lelojero chino.”

“Tu te refieres a las imitaciones de relojes Calvin Klein, y lo sabes.”

“No se nada. Calvino, lelojero chino. Leloj Calvino, chino. Swiss, viento chino.”

“Hwang, me estás sacando de mis casillas. ¿Sabes lo que te digo? Eres un…”, y se cortó la comunicación.

Debo ser más paciente y aprender a controlar mi carácter por mi bien y mi salud. Se lo comenté en una ocasión a mi medico esperando que pudiera hacer algo al respecto. “Doctor, no se lo que me pasa, puede que sea estrés post-traumático de los años que estuve en Europa Star, pero el caso es que pierdo los estribos con facilidad.”

“Muy bien. Cuénteme lo que le pasa,” dijo el médico.

“Se lo acabo de contar, viejo estúpido!!!”

No saben lo bochornoso que es que te saquen los de seguridad al callejón.

Como no hemos aclarado nada del misterio del reloj suizo-chino de 400 años, les diré que creo que es todo un cuento chino.

Que lo pasen ustedes bien.