Una impresionante gama de los artesanos de primera línea de la manufactura estuvieron presentes para recibir a los visitantes y revelar los secretos de sus respectivos oficios. Gracias a este evento único, los visitantes fueron capaces de poder tener una mirada entre bastidores de un mundo de ensueño y compartir la pasión de estos artesanos unidos por el mismo gusto por la excelencia.

Esto tuvo lugar en la excepcional ciudad de Le Locle, cuya arquitectura industrial está catalogada como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, en el mismo lugar donde el fundador de Zenith creó su empresa en 1865, se dio la bienvenida a unos 400 visitantes a su manufactura a partir de las 8 am en adelante los pasados sábado y domingo.

Orgullosos de haber completado recientemente la renovación de su edificio principal, y de haberlo hecho con pleno respeto a su herencia relojera, la marca de la estrella guía invitó al público a entrar en sus modernos talleres donde las herramientas tradicionales se codean con la vanguardia de las tecnologías.

Generación tras generación, la manufactura debe su reputación al talento y la pasión de sus artesanos. Son ellos a los que los clientes de la marca pudieron conocer en el transcurso de estas dos jornadas de puertas abiertas que proporcionaron la oportunidad de descubrir algunas de las 80 profesiones que intervienen en la producción de un reloj Zenith y sus componentes en un proceso que lleva un promedio de nueve meses. Desde realizar los espacios en blanco del movimiento para cortar los componentes y la decoración y montaje de un movimiento, los visitantes fueron capaces de seguir las distintas etapas que recorren el camino hasta el producto acabado. Este evento dio a la marca una oportunidad para que los devotos de la Alta Relojería tuvieran un recuerdo vivo de que, en el corazón de cada reloj Zenith, late un movimiento Zenith desarrollado y producido dentro de esta manufactura histórica, una empresa que cuenta con 330 empleados en todo el mundo, de los cuales 270 en Le Locle. Al final de esta experiencia, todo el mundo, sin duda, dejó los talleres de la manufactura con la cabeza llena de historias que contar y estrellas en sus ojos …

Fuente: Zenith