La paciencia fue probablemente el rasgo de carácter más importante que Ferdinand A. Lange, nativo de Dresde llevó a Glashütte en 1845. _ Que es donde formó a 15 hombres jóvenes para ser relojeros, entre ellos un albañil, un trabajador de cantera, y varios trenzadores de paja. Él esperaba de ellos paciencia, incluso después de haber completado su aprendizaje como oficiales, porque «siempre hay mucho que aprender todos los días», como subrayó en una carta al Ministerio del Interior de Sajonia, en Enero de 1852.

Walter Lange entregando los diplomas a los graduados.

La paciencia y el deseo de aprender también se encuentran entre los puntos fuertes de los siete jóvenes que recibieron sus diplomas en A. Lange & Söhne el 9 de Julio de 2014. _ «Ambos activos tendrán un papel importante durante la familiarización con su lugar de trabajo», dijo el director de la Manufactura, Tino Bobe en una conversación con los graduados. El inicio del aprendizaje, señaló, es sólo el primer paso en un proceso que no termina cuando se completa la fase de formación. Los relojeros no sólo necesitan habilidades artesanales y conocimientos técnicos, sino que también deben adquirir una rutina mediante la capacitación intensiva de los diferentes pasos a seguir en el montaje de un movimiento. _ «Según mi experiencia, se tarda alrededor de 12 a 18 meses para que un miembro del personal alcance aproximadamente el 80 por ciento de la capacidad de un colega que ha estado realizando la misma actividad durante cinco años,» señaló Tino Bobe.

El fundador de la empresa Walter Lange comparte la emoción con siete graduados de la Escuela de Relojería de Lange mientras reciben sus diplomas.

Los graduados comienzan a trabajar en la manufactura el día después de recibir sus diplomas. Los instructores de la Escuela de Relojería de Lange los han preparado bien para esta transición. __ Como aprendices, inicialmente practican con las platinas de movimiento de plata Alemana que son típicos de los relojes Lange. Esto requiere una precaución extrema para evitar arañazos de las piezas pulidas y decoradas; por lo que llevan dedales de látex para proteger el sensible material.
Sus instructores persistentemente les instan a poner más énfasis en la calidad y la limpieza. Los graduados se benefician de una amplia variedad de opciones de trabajo de nivel de entrada dentro de los diferentes talleres de la manufactura. Se abren perspectivas emocionantes para sus carreras que se desarrollarán en los departamentos especializados en ensamblaje de complicaciones, servicio o desarrollo de productos que los esperan, por ejemplo.

«Es maravilloso ver cómo los miembros del personal experimentados ayudan a sus jóvenes nuevos colegas de fuera, al revelarles los trucos que simplifican una u otra etapa del montaje.» Tino Bobe.

Se anima a los graduados a preservar su curiosidad y su deseo de seguir aprendiendo. Y en momentos en los que podrían estar tentados a simplemente darse por vencidos, hay un rasgo que ayuda a la mayoría: la paciencia.

Fuente: A. lange & Söhne