No importa un cristal de zafiro. El nuevo BR-X1 Chronograph Tourbillon Sapphire tiene una caja hecha completamente de zafiro, el segundo mineral más duro en la tierra.

Cuando hablamos de zafiro en el mundo de los relojes, solemos hablar del cristal altamente resistente a los arañazos que cubre la esfera o la parte trasera de la caja. Con la última actualización de Bell & Ross de su reloj BR-X1, sin embargo, estamos buscando un uso al siguiente nivel del zafiro en la relojería.

Pero vamos a dar un paso atrás. El lanzamiento del BR-X1 fue el comienzo de un nuevo capítulo en la historia de Bell & Ross. Al igual que otros modelos del repertorio de la marca, el cronógrafo deportivo y de alta tecnología se inspiró en los instrumentos aeronáuticos de vuelo. Luego lo llevaron un paso más allá, lanzando en 2015 una versión de Haute Horlogerie: el BR-X1 Chronograph Tourbillon.

Menos de dos años después, tenemos otra versión del BR-X1 que supera incluso a sus predecesores. Se llama BR-X1 Chronograph Tourbillon Sapphire.

Con este nuevo reloj, el diseño ya reconocible del reloj se ha realzado con un movimiento esqueletizado que se puede ver a través de un exterior transparente. Es ese exterior el que roba el espectáculo en este reloj.

La marca nos ha permitido esta visión franca del reloj usando el zafiro - o Corundum como se le conoce científicamente - para hacer la caja. La extrema transparencia del zafiro nos permite mirar en el interior del movimiento y ver todas las interacciones mecánicas.

Es como mirar los huesos del reloj, como si se tratara de una radiografía. Podemos ver, por ejemplo, que fue construido alrededor de una maestra gran complicación Flying Tourbillon que se ha añadido al cronógrafo mono-pulsador.

La jaula del tourbillon que vuela con el logograma «&» se puede ver esencialmente en cada ángulo. Y el observador ocasional también puede admirar la rueda de columna bajo la esfera a las 12 en punto, la aguja de salto semi instantáneo y el indicador de reserva de marcha de 100 horas a las 9 en punto.

El zafiro es el segundo material más duro de la tierra después del diamante, y es casi imposible de arañar. Pero eso significa que también es muy difícil de mecanizar. Esa complejidad requirió que se usasen 9 bloques diferentes de zafiro para fabricar la caja: una pieza media, la espalda, la parte superior, el cristal superior y las cuatro defensas, todas los cuales han sido ensambladas con tornillos.

El resultado final es visualmente muy impresionante. Y el nuevo reloj permite a los hombres mostrar más quilates en sus muñecas que sus parejas podrían tener en sus dedos.