1. El año va a ser extremadamente difícil para la industria de fabricación de relojes en general. La geopolítica en todo el mundo y la situación económica nunca a sido tan incierta y, en algunos casos es catastrófica. A pesar de esto, un cierto número de los grandes jugadores aún siguen produciendo en exceso, lo que obliga a demasiada acción en el mercado. Esto debilita el flujo de caja del minorista y genera guerras de precios, creando una situación que arroja una sombra sobre todo el mundo.

 2. Teniendo en cuenta que las ventas de MB&F en 2015 aumentaron en un 42% con respecto a 2014 (¿Sorprendente no?), los stocks de nuestros minoristas han ido en caída libre. Por ello, hemos comenzado a reducir nuestra distribución a lo largo de los últimos seis meses. Se ha pasado de 41 a 32 puntos de venta. En el año 2016 vamos a cerrar 5 puntos de venta y no se van a reemplazar estos con el fin de retener alrededor de 30. 2016 será nuestro mayor año para los nuevos productos. El 70% de la cifra de negocio se logra a partir de las nuevas creaciones – comparado con el 62% en el 2015.

 3. Los relojes mecánicos están para quedarse, pero pueden tener que ser reinventados en parte - ya sea a través un amor por el arte y la belleza o a través del deseo de los clientes por el estatus. Evidentemente, un smartwatch es infinitamente más práctico pero no genera emociones, nunca serán una obra de arte y, tendrían que ir por un largo camino para proporcionar estatus a su portador. Dicho esto, es más de probable que todos vayamos a usar algo en cada muñeca - un «smartwatch» en una, «algo con alma» en la otra.

 4. Tradicionalmente, MB&F presenta los nuevos productos de la primera mitad del año a sus minoristas durante el SIHH y los de la segunda mitad del año en Baselworld. Los dos eventos son por lo tanto, igualmente importantes y durante las dos ferias tomamos aproximadamente el 80% de nuestros pedidos anuales.