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Faltan cinco minutos para la medianoche

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diciembre 2019


Faltan cinco minutos para la medianoche

Los relojes se están volviendo locos, sus agujas giran salvajemente en todas las direcciones. Parece que nuestros días están contados... hemos llegado a la cuenta regresiva final.

¿D

e que estoy hablando? Sobre el estado de nuestro planeta, obviamente. Sobre la salud de nuestro único hogar, que está amenazado por la destrucción acelerada, y el espectro de tragedias y catástrofes en una escala sin precedentes. Faltan cinco minutos para la medianoche, y nos queda muy poco tiempo para intentar hacer retroceder el reloj, poner fin a la arrogancia de nuestra civilización vorazmente destructiva, devorando imprudentemente la rama en la que estúpidamente pensó que se asentaría para siempre.

Solo una recalibración completa de nuestra forma de vida, nuestro comportamiento, nuestro gran apetito por consumir y nuestro respeto ilimitado por nuestra propia comodidad, tal vez pueda ahorrarnos lo peor. La impresión de que faltan cinco minutos para la medianoche afecta a todos los aspectos de nuestra existencia actual: la democracia está siendo erosionada por la creciente desigualdad; Se persigue el crecimiento económico con codicia ciega y desconectada; la sociedad está siendo destrozada por el individualismo; la tecnología gira libremente hacia la deshumanización; la democracia está perdiendo vitalidad y especies enteras se están derrumbando.

Y dentro de esta imagen deprimente, en su propia pequeña esquina, la relojería, no es una excepción. Para nosotros también, son cinco minutos para la medianoche. No estoy hablando de una catástrofe ambiental, sino de una serie de disrrupciones que están derrocando prácticamente todos los parámetros en los que el modelo ha funcionado durante unos treinta años más o menos, desde el renacimiento de la relojería mecánica.

Estas interrupciones son visibles en el producto en sí, con la llegada del reloj inteligente, que ha alterado el status quo en el nivel de entrada y el rango medio; cambio sociológico y patrones de consumo alterados, con millennials que prefieren vintage y seminuevos; venta minorista: con comercio electrónico global; cambios en el mercado, con la desaceleración en China; una especie de agotamiento creativo en el rango medio; y una creciente polarización entre la gama alta y el resto. Y eso ni siquiera comienza a considerar la ola de marcas de Kickstarter que han salido de la nada para mordisquear una preciosa participación en el mercado. En este número especial de Europa Star dedicado al futuro de la relojería, analizamos todos estos problemas y obstáculos en detalle, a través de entrevistas con muchas de las personas más afectadas, desde los CEO de marcas hasta los minoristas y analistas. Pero, como con nuestro planeta, lo mismo para la relojería: lo peor que podemos hacer es no hacer nada, enterrar nuestras cabezas en la arena y esperar (en vano) a que todo se derrumbe. Ante las crecientes amenazas y una creciente necesidad de transformación, el miedo es un pobre consejero. Lo que necesitamos para recuperar el control es la imaginación.

Faltan cinco minutos para la medianoche. Cuando suena la medianoche, es hora de fiesta o de...catástrofe.