a colección Ladybird, fresca y vivaz, acoge los últimos modelos femeninos de Blancpain. Sin elegir entre el atractivo estético y la sofisticación técnica, se distinguen por un aspecto colorido y lúdico, a la vez que están dotados de las últimas tecnologías mecánicas. Esta edición de San Valentín 2025 no es una excepción.

Esta nueva versión de 34,9 mm en oro blanco de 18 quilates proclama con orgullo su personalidad romántica y se viste de un exquisito tono rojo. Ya sea en la correa, en los índices o en el corazón atravesado por un segundero en forma de «flecha de Cupido», el Ladybird Colors Saint-Valentin 2025 está impregnado de pasión en todo su esplendor. Tan profundo como los sentimientos de amor que nos inspiran, y el intenso tono de los índices se consigue mediante cinco aplicaciones de color diferentes, que requieren maestría y un cuidado meticuloso, dada la necesidad imperiosa de medir con precisión el tiempo de secado necesario entre cada capa.

Estos números romanos asimétricos no alteran en nada el equilibrio estético general de la esfera, gracias a la presencia de la indicación de las fases lunares a las 6 en punto. La Luna, adornada con atributos femeninos como ojos cerrados enmarcados por largas pestañas, labios carnosos y un lunar en la comisura de los labios, está acompañada por dos brillantes corazones dorados y parece flotar sobre una nube de nácar.

El nácar utilizado para la esfera procede de un tipo de concha extrablanca que solo existe en cantidades muy pequeñas y se caracteriza por su espectacular profundidad, que crea juegos de luz incomparables. El motivo de engaste, que evoca dos lunas crecientes, añade brillo a la esfera y está compuesto por diamantes de talla brillante que se estrechan hacia la posición de las 6 en punto. La caja, las asas, la corona y la hebilla también presentan esta piedra preciosa, que suma más de 2 ct en total en todo el reloj.

Con su fuerte personalidad visual y su notable precisión en el cronometraje, el Ladybird Colors Saint-Valentin 2025 se lanza en una edición limitada de 14 ejemplares, un guiño a esta celebración anual del amor.

La colección Ladybird refleja el papel pionero de Blancpain en la historia de los relojes femeninos. Desde el primer reloj de pulsera automático para mujer en 1930 hasta los relojes refinados y técnicos de hoy, pasando por el movimiento mecánico más pequeño hace varias décadas, la colección Ladybird encarna la pasión de Blancpain por lo extraordinario. Está pensado para mujeres que no quieren renunciar a la estética ni a la sofisticación técnica. La historia de los relojes de mujer de Blancpain está indisolublemente ligada a la determinación de Betty Fiechter, que se convirtió en la primera mujer al frente de una Maison relojera a principios de los años 30. Su inteligencia y su espíritu visionario allanaron el camino para los relojes joya de la Manufactura y les valieron un reconocimiento internacional.

La emblemática complicación de las fases de la luna de Blancpain se encuentra en los nuevos modelos Ladybird Colors, al ritmo del calibre 1153L con su reserva de marcha de 100 horas. Reintroducida en 1983 tras la crisis del cuarzo, esta complicación permitió a la Maison demostrar que un reloj mecánico es el resultado de un savoir-faire extraordinario y que el cuarzo nunca podría sustituir a una compleja creación relojera mecánica. De este modo, pasó a simbolizar el renacimiento de la relojería mecánica. La fase de la luna de Blancpain, inmediatamente reconocible, se encuentra en el calibre 1153L, que tiene una reserva de marcha de 100 horas. Adornado con decoraciones tradicionales de la alta relojería, como biselado, graneado circular y acaracolado, este calibre es visible a través de un fondo de caja de cristal de zafiro e incorpora un espiral de silicio, lo que lo hace inmune al magnetismo.

El silicio ha revolucionado la relojería desde principios del siglo XXI y ha permitido grandes avances en la medición del tiempo. Elástico pero no sujeto a deformaciones, duro, ligero y muy resistente a la corrosión, este material destaca sobre todo por su resistencia al magnetismo, una cualidad muy valorada para garantizar la precisión de los relojes.

A diferencia de los años 50, cuando los volantes de los relojes estaban equipados con muelles metálicos que podían magnetizarse (de ahí la necesidad de una jaula interior de hierro dulce para proteger el movimiento del magnetismo), los relojes Blancpain contemporáneos cuentan con un volante de silicio, lo que les permite tener un fondo de caja de cristal de zafiro que revela la construcción única de sus movimientos. Gracias a esta tecnología, los nuevos Ladybird Colors Saint-Valentin 2025 no solo muestran con orgullo el acabado de alta calidad de su mecanismo, sino que también presumen de un rendimiento cronométrico superior. La feminidad y la sofisticación técnica van de la mano en estos nuevos modelos.