ntes de la Segunda Guerra Mundial, mi abuelo Antonio tenía un taller en el Puente de Rialto, en Venecia, donde reparaba relojes de bolsillo y de pared. A finales de los años cincuenta, un cliente le pidió que se encargara de su colección privada. A petición del cliente, trasladó a toda su familia a las orillas del lago de Como”.
A Massimiliano Quintavelle, actual responsable de la empresa fundada por su antepasado, le gusta profundizar en la historia familiar para garantizar que la empresa se mantenga en sintonía con su espíritu y su legado, a la vez que se adapta a los gustos y las técnicas de la actualidad.
- Flora y Fauna: una pieza única, mezcla de materiales preciosos, artesanía y técnica.
En 1974, el hijo de Antonio, Leopoldo, se unió al taller y Antonio, que para entonces ya había creado varios relojes artísticos, decidió fundar su propia marca. La bautizó como La Vallée, en homenaje a las raíces Francófonas de la relojería y haciendo referencia al apellido familiar. Ese mismo año, la marca llevó un reloj de viaje a la Feria de Basilea.
- Massimiliano Quintavalle representa la tercera generación al frente de La Vallée.
Con el paso de los años, se sucedieron los proyectos exquisitos, incluida una creación totalmente personalizada de dos metros de altura decorada con cristales y piedras preciosas. Esto llevó a Leopoldo Quintavalle, una vez convertido en director general, a reorientar la producción exclusivamente hacia creaciones a medida y de alta gama para los grandes coleccionistas amantes de las piezas únicas. Para lograrlo, contó con el talento de los artesanos y orfebres que trabajaban en el taller.
“Desde entonces, hemos combinado la orfebrería Italiana, que todavía está en peligro de desaparecer, con la Alta Relojería Suiza, con el objetivo de crear auténticas obras de arte relojero”, explica Massimiliano Quintavalle. Su objetivo final es preservar estos raros oficios formando a una nueva generación de profesionales, aunque no es fácil encontrar a los candidatos adecuados.
- Cada vez que el reloj marca la hora, el Attimo Golf repite el golpe ganador.
Pero la exclusividad de La Vallée tenía un gran inconveniente: hacía que el trabajo de la empresa fuera prácticamente invisible para el gran público. Por eso, Massimiliano Quintavalle, que ahora ha asumido la dirección, ha decidido ofrecer una selección de series nuevas, todavía muy limitadas, que demuestran la evolución técnica de La Vallée. La marca quiere infundir innovación en el segmento elegido.
Un paso clave fue el diseño y desarrollo del movimiento MR30TP en 2019 por parte del director de I+D de La Vallée. “Luciano Sasso es un ingeniero e inventor con un talento innato y la capacidad de revolucionar el statu quo de la mecánica y la relojería”, confirma Massimiliano Quintavalle. Esta “plataforma” mecánica sirve de base para varias de las creaciones del taller.
- Con un metro y medio de largo y 1.280 componentes hechos a medida, el M30TP es un calendario perpetuo revolucionario que une minutos, horas, días, meses y años en una presentación fascinante.
Este mecanismo poco convencional de metro y medio destaca por su tourbillon volante de 5 minutos, diseñado y fabricado internamente, con una cuerda de 5 minutos y suspensión magnética, pero sobre todo por el ingenio de su calendario perpetuo patentado, que es fiable, fácil de usar (¡lo probó un niño de cinco años!) y abierto a una amplia gama de interpretaciones.
Es un ejemplo perfecto de la plétora de posibilidades que puede ofrecer la relojería, más allá del omnipresente reloj de pulsera. “Sobre esta base, el año que viene presentaremos un nuevo reloj que es sencillamente excepcional”, promete Massimiliano Quintavalle.
Mientras que La Vallée sigue ofreciendo piezas únicas hechas a medida, una vocación que está en el ADN de la firma, las ediciones limitadas desarrolladas en los últimos años, como el Attimo Golf y el Attimo Polo, están volviendo a acercar la marca a un círculo más amplio de entusiastas.
“Todos estos artículos se ofrecen con un nivel de personalización muy alto. No hablamos solo del color o del grabado, porque queremos evitar adoptar un enfoque estandarizado. Nuestro objetivo es conectar el reloj con usted, de manera profunda y emocional”, explica Massimiliano Quintavalle. En la práctica, esto significa que el propietario de un Attimo Golf o un Polo puede tener su propio retrato, desde su rostro hasta su camisa o sus zapatos, reproducido en su reloj. Y para una personalización aún más íntima, el tourbillon de 5 minutos puede ajustarse a la frecuencia cardíaca en reposo del propietario.
- ¡Attimo Golf ha sido diseñado para personalizarlo con tu imagen, hasta tus zapatos, bolsas de golf y palos favoritos!
Estas ediciones limitadas, con precios a partir de 120.000 francos, han permitido a La Vallée acceder a algunos de los puntos de venta más prestigiosos del mundo. Por su parte, los distribuidores aprecian la oportunidad de presentar algo totalmente único en su boutique. Es una forma totalmente diferente de hacer relojería.