C
on sede en La Chaux-de-Fonds, en el edificio histórico del gran constructor de cronómetros Paul Ditisheim, este colectivo de trabajadores autónomos se creó en 1991. Actualmente trabajan aquí cinco artesanos polivalentes con experiencia.
Especializados en tareas complejas de biselado, estos esqueletizadores practican trait tiré, graneado circular y pulido de bloques, y todo tipo de decoración.
Christian Laufer
Trabajando exclusivamente para la gama alta del mercado, Arrigoni-Laufer, para quien la decoración es territorio de expresión, busca “añadir algo más que el esqueletizado tradicional”. Sus ventajas: estructura flexible, distintas generaciones y herramientas de creación 3D eficientes.
Taller Arrigoni-Laufer, La Chaux-de-Fonds
Un puente para Rudis Sylva con un particularmente complejo achaflanado