iajando en otra dimensión, cósmica y onírica. Poner un pie en la luna y perder el sentido del tiempo y el espacio. El reloj Arceau L’heure de la lune ofrece una visión única del satélite de la Tierra con la visualización simultánea de fases lunares en los hemisferios norte y sur. Dos contadores móviles gravitan en una esfera de meteorito lunar, Martian o Black Sáhara, revelando lunas de nácar al paso con un módulo exclusivo, junto con un movimiento de la Manufactura Hermès.

Enmarcado por una caja de oro blanco o platino, las mecánicas adoptan un papel ligero, apenas visible. Los meteoritos con incrustaciones de nácar forman un cosmos en el que las esferas del satélite flotan sobre las lunas hemisféricas. Estas esferas traviesas tienen puntos cardinales intercambiados, con el sur arriba y el norte abajo. Una dirección al revés que invita a los observadores a perder el rumbo, con la cabeza puesta en las estrellas...

El caballo, que representa los orígenes de Hermès, galopa elegantemente en el mundo de los sueños. A las 12 en punto, la luna está adornada por un Pegaso diseñado por el «diseñador de sueños» Dimitri Rybaltchenko. Titulado Pleine Lune (Luna Llena), esta representación del caballo alado insinúa un paso entre dos mundos, donde la magia y la realidad se fusionan. Por otro lado, a las 6 en punto, la vista de la luna desde el hemisferio norte ofrece una representación realista de su superficie.

Los contadores móviles que muestran la hora y la fecha giran ingrávidos para revelar los discos lunares, mientras mantienen su orientación horizontal. Esta danza contemporánea está coreografiada por un módulo desarrollado exclusivamente para Hermès y para el cual se ha presentado una patente. Con un grosor total de solo 4,2 mm, sus 117 componentes pulidos y tratados con chorro de arena están incorporados dentro del movimiento de la Manufactura Hermès H1837: un desafío técnico diseñado para preservar la esbeltez del chasis móvil general, que recorre la esfera en 59 días. Las lunas de nácar colocadas en la piedra muestran los ciclos lunares en los hemisferios norte y sur. Este misterioso juego de escondite no revela nada de su complejidad técnica, para dar lugar a los sueños.

Dentro de este espacio-tiempo, el metal, las estrellas y la roca fusionan a la perfección el exterior del reloj con el movimiento para formar una exhibición técnica y estética sin precedentes de legibilidad simple y gráfica. La doble luna aquí eclipsaría una esfera tradicional, en su lugar un trabajo abierto cubre toda la superficie de la esfera. El resultado es una visión de espíritu libre e impertinente de la relojería mecánica según Hermès.

La caja Arceau con sus cuernos asimétricos, diseñada por Henri d’Origny en 1978, se convierte en un cráter lunar hecho de piedra de meteorito, mientras que las esferas lacadas, gravitan como satélites, mostrando numerales Arábigos con una distintiva fuente inclinada.

Este reloj de Haute Horlogerie está equipado con una correa de cocodrilo mate en negro, Habana o verde Veronés, según las versiones.