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Protagonista, la esfera

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marzo 2009


Por Pierre Maillard

Hace cuatro años, lo que en términos técnicos actuales equivale a decir cuatro años-luz, la presentación de la marca Hautlence inauguró una nueva era en el desarrollo de la industria relojera. Tras la aparición de muchas nuevas marcas mecánicamente avanzadas en el escenario relojero, básicamente puestas en marcha por maestros relojeros independientes, la aparición de Hautlence en septiembre de 2004, capitaneada por dos jóvenes, Renaud de Retz y Guillaume Tetu, procedentes de la relojería (pero no maestros relojeros), profetizaba la aparición de un nuevo tipo de marca especializada que pertenece, por así decirlo, a la segunda generación de marcas relojeras. Estas marcas no pretenden revolucionar la relojería mecánica, pero en cambio quieren proponer nuevas formas híbridas de relojes y distintas maneras de leer la hora.

La protagonista principal es la esfera o, en versión digital, el display

Renaud de Retz y Guillaume Tetu siempre lo han mantenido: todo el trabajo llevado a cabo por Hautlence está dirigido principalmente a encontrar nuevas formas de mostrar las indicaciones del tiempo. “No empezamos con la idea de un movimiento, ni del diseño sino que estábamos más que nada preocupados por la esfera. Es el origen de todo. Solo después nos ponemos a considerar la mecánica precisa para poner en funcionamiento nuestra ocurrencia. Por esto buscamos siempre la manera de incorporar la mecánica más avanzada y el más refinado diseño a nuestra esfera de partida.” Este proceso creativo necesariamente descansa en la cooperación con un número considerable de relojeros independientes y otros especialistas, reunidos todos bajo un objetivo común. En el caso de Hautlence, han intervenido más de 50 especialistas diferentes.

Hautlence promociona orgullosamente esta particular red organizativa que ellos califican de “colegiada”. A diferencia de otras marcas establecidas, en Hautlence no pretenden dar la impresión de que todo está hecho en casa. El estilo característico de la marca, adoptado también por muchas de las nuevas empresas de la última generación – como Max Büsser & Friends – incluye esta misma idea de trabajo en red, cooperación y transparencia en cuanto a permitir que se sepa quien hace que parte del proyecto.

Erigiendo su legitimidad

La idea de organización colegiada no es meramente anecdótica. De hecho, es una de las condiciones principales para tener una visión diferente y simplificada del arte de la relojería mecánica tradicional, en la que el maestro relojero desea, por encima de todo, mejorar la cronometría, sumar cuantas más complicaciones posibles y poner más tourbillons que nadie. El objetivo de una empresa como Hautlence es otro, es el de poner a disposición del público una serie de relojes con esferas innovadoras y originales.

Protagonista, la esfera Renaud de Retz & Guillaume Tetu, HL

Protagonista, la esfera HLs, HLQ

Este empeño es uno de los caminos que tiene la marca para erigir su propia legitimidad relojera. Desde los inicios, las imposiciones de Hautlence para con sus esferas han requerido que la empresa diseñara sus propios calibres. Ya se puede apreciar claramente en su opera prima, el HL, que incluye una inédita combinación de horas saltantes en un disco junto a un dispositivo minutero retrógrado, ambos activados por un diminuto piñón que mueve una corredera que, por intermediación de un eje de apoyo, hace que ésta se mueva linealmente. Sin entrar en mayores detalles sobre este original dispositivo, podemos sintetizar diciendo que una leva de conexión arma un pequeño muelle con un peso inerte que acciona la rotación y el salto del disco horario. En cuanto salta la hora, el eje retrocede y mediante otra leva se reposiciona a cero la manecilla del minutero. Esta esfera recuerda vagamente el varillaje de una locomotora de vapor en miniatura.

Despojado de adornos

El desarrollo y puesta a punto de este dispositivo tan innovador precisó de la creación de un calibre revolucionario. La voluntad de despojar al reloj de todos los elementos técnicos que configuran la esfera condicionó el diseño y la caja del reloj para que mostrara una visión transparente y profunda de las entrañas del movimiento. El resultado obtenido es de una coherencia técnica y estética remarcable, que se acentuó en los dos modelos siguientes, el HLS, cuyo diseño es más radical y provocativo ya que incorpora un pequeño indicador de segundos en un disco giratorio, y en el HLQ, equipado con un nuevo calibre circular de diseño propio que incorpora un disco de fecha.

Los prototipos embrionarios de un nuevo y sorprendente modelo, al que se le prestará, sin duda, mucha atención (aunque no podemos desvelar nada de momento) estarán en la presentación prevista para BaselWorld 2009, en el caso de que el prototipo funcione a la perfección, ya que Hautlence no tiene ninguna intención de presentarlo en caso contrario. La marca es partidaria de asegurarse antes de que es capaz de producir el modelo a su debido tiempo. Esta pieza ha de servir para certificar que la afinidad de Hautlence por crear esferas únicas y lúdicas puede reservarles aún muchas sorpresas.

El empuje definitivo a la evolución de esta joven marca fue la creación, en 2007, de un taller que emplea a dos diseñadores-constructores y a tres relojeros cualificados, así como la adquisición de maquinaria de control numérico que permite a Hautlence dominar el diseño, el desarrollo, la creación de prototipos, el ensamblaje y el control de calidad. ¿Cuál es el objetivo final de la marca? Hacer su propio calibre de base, de la cabeza a los pies (hoy se utilizan engranajes del Peseux 7001), así como “procurarnos alegrías a nosotros mismos, puesto que la integración y dominio de todas la operaciones nos proporciona una inmensa satisfacción, sin descuidar que queremos conseguir la mayor constancia posible en nuestros productos,” según explica Renaud de Retz.

La gran importancia del servicio postventa

Les preguntamos a nuestros dos hombres cómo maneja una marca especializada la actual crisis económica y nos responden que “Obviamente estamos un poco preocupados, así que nos mostramos especialmente prudentes. Hasta la fecha, hemos ampliado nuestro negocio muy gradualmente (15 unidades producidas en 2004-2005, 160 en 2005- 2006 y 291 en 2007-2008) y todo según nuestras expectativas. Estamos construyendo pacientemente nuestra oferta exclusiva, la excelencia de nuestro producto, la gran calidad de nuestros acabados y la transparencia de nuestro servicio, incluyendo el servicio postventa, al que hemos concedido la mayor importancia desde el principio. A modo de ejemplo, los primeros 35 relojes que fabri- camos tenían un ligero problema de fiabilidad, así que los reclamamos, como en la industria del automóvil, y substituimos el movimiento. Como anécdota, uno de nuestros clientes de Singapur, cuyo reloj ostenta el nº 1 de la serie, no quiso desprenderse de la unidad a pesar del defecto, así que nos encargó uno nuevo.”

Nuestros dos caballeros añaden: “Para serles francos, he de reconocer que nos planteamos a menudo esta pregunta: ¿Porqué deberíamos insistir en fabricarlo todo en Suiza cuando muchos otros están discretamente fabricando algunos componentes en China? ¿Es que somos tontos o masoquistas? De verdad, no, no somos ni lo uno ni lo otro. ¿Por qué? Pues porque nuestros productos están hechos para durar. Nuestros relojes no son comparables a los relojes-prototipos que algunas marcas grandes están fabricando, que no son otra cosa que engañabobos. Estamos aprovechando nuestra originalidad y trabajamos a largo plazo.”

Es cierto que la investigación avanzada en cuanto a esferas está a la vanguardia de la relojería y solo concierne a un grupo pequeño y muy exclusivo de clientes. Aún así, la relación estrecha, privilegiada y personal, que ha sido pacientemente edificada por las escasas personas que valoran las piezas extraordinarias y los mecanismos increíbles, es lo que empuja y hace actuar a las marcas jóvenes que le están cambiando la cara a la relojería.

Max Büsser & Friends

Un ejemplo paradigmático de marca joven es Max Büsser & Friends o MB&F. Esta empresa nómada con nombre de banda de rock, basa su actividad en la cooperación. Max Büsser ha sido capaz de aprovecharse enormemente de la tendencia actual hacia la colaboración en red gracias a su gran conocimiento del terreno. De forma evidente, se trata de un terreno habitado por una rara especie de clientela muy exclusiva que suele ver el mercado de la relojería con los mismos ojos que ve el mercado de los objetos de arte.

Protagonista, la esfera Maximilian Busser

Protagonista, la esfera HM3 Starcruiser, El doble Movimiento del HM3

Max Büsser fue el creador de la filial suiza de los relojes Harry Winston y el artífice de los relojes de la familia Opus, una colección pionera en cuanto a la esfera). Büsser presentó MB&F en 2005 junto a su propia creación, el Horological Machine No. 1. Como confirmación de la total transparencia de MB&F, los nombres de Laurent Besse y de Peter Speake- Marin pueden leerse grabados en el movimiento del HM1.

Este objeto relojero no identificado (ORNI!) presenta un tourbillon central sobreelevado que domina una doble elipse dispuesta como un 8 tumbado y que muestra, de forma un tanto inconexa, horas, minutos y reserva de marcha. Bajo un prisma eminentemente visual, este auténtico reloj tridimensional incorpora a la estética el funcionamiento de sus cuatro barriletes que, montados en serie y en paralelo accionan dos órganos reguladores de dos fuentes simultáneas y diferentes.

Subdividir la esfera

MB&F, con el HM2, lleva la técnica de la esfera partida a límites insospechados y explora los indicadores retrógrados, esta vez en colaboración con Jean-Marc Widerrecht, un gran especialista en el tema y a quien se le concedió en 2007 el galardón al mejor constructor en la gala del Grand Prix de relojería de Ginebra.

En la esfera de la izquierda encontramos un indicador retrógrado de fecha y un indicador de fases lunares bi-hemisférico. En la esfera derecha hay un indicador de horas saltantes y otro concéntrico y retrógrado de minutos. Todo se exhibe en dos ventanas situadas lado a lado en una platina rectangular. Como detalle de atención hacia los usuarios, el reloj, medio oculto bajo el puño de la camisa, muestra solo la hora y los minutos, no adivinándose que la Horological Machine tiene más información que mostrar.

La tercera máquina es el HM3, desvelado recientemente, casi como se desvela una escultura para poder observarla por vez primera. La tridimensionalidad tan patente en los dos primeros HM alcanza el delirio en el HM3. De nuevo encontramos a Jean-Marc Widerrecht al frente del diseño de este reloj con mecánica procedente de Girard-Perregaux. Es esta ocasión, presenta dos conos con forma de volcán. En la cumbre de uno se muestra el día y la noche mientras que a los lados transparentes se muestra la hora. El otro cono muestra los minutos.

Los dos conos están situados en una abertura con forma de una gran media luna que permite una visión en profundidad del movimiento y su misterioso rotor ubicado en la esfera del reloj, rodeado por el exterior de un disco giratorio que indica la fecha. No se ha descuidado al usuario, al contrario, pues este pude leer fácilmente la hora con solo mirar el lateral del reloj. Se trata de una auténtica pieza de relojería en tres dimensiones que está disponible en dos versiones: el modelo original horizontal se llama Starcruiser y la versión vertical, sugerida por un cliente, se llama Sidewinder.

Calibrando los mercados

Gran conocedor del mercado, Max Büsser consiguió pedidos en firme para todo el primer lote del HM1 gracias a su extensa red de contactos. Pero los primeros pasos hacia la independencia no han sido siempre fáciles, sobre todo debido a que los proveedores no siempre han cumplido los plazos de suministro. Como consecuencia, la entrega de los primeros 35 relojes HM1 no pudo llevarse a cabo hasta mayo del 2007, casi con dos años de demora respecto al plazo anunciado. Desde entonces, no obstante, MB&F ha podido consolidar su red de distribución. Las primeras unidades del HM2 se entregaron en enero de 2008 y se mantendrá en producción hasta el 2010 con un ritmo de 100 unidades anuales. En cuanto al HM3, se presentará públicamente en marzo de 2009. En resumen, la aventura de MB&F crece con el tiempo, literal y figurativamente.

El Cabestan, finalmente

Jean-François Ruchonnet es otro relojero correcaminos, quien también se interesa mucho por el potencial de las esferas digitales mecánicas y, por lo que manifiesta, el interés viene de antiguo. Se trata de una persona de gran talento a quien le gusta meterse en todas las salsas, desde sus inicios en la división técnica del departamento de investigación y desarrollo de Chopard, que dejó en 1999. A continuación creó las más espléndidas animaciones de relojería en tres dimensiones, una primicia en aquellos tiempos. Después pasó a inventar, en colaboración con otros, el V4 para TAG Heuer, un reloj comandado por correas que los ingenieros de la firma no han conseguido acabar de dominar (no oso preguntarme si el V4 es realmente viable) y también participó en el proyecto del doble tourbillon giratorio para Breguet.

Protagonista, la esfera Cabestan Platine

Protagonista, la esfera Jean-François Ruchonnet, Andréas Stricker

Ahora, Ruchonnet presenta su propio reloj mediante su minifábrica llamada CréaLuxe, fundada conjuntamente con Andreas Stricker. El primer modelo salido de esta colaboración tan reciente es, por fin el Cabestan. Digo “por fin” porque parece que todo lo que toca Ruchonnet se convierte en un berenjenal y el Cabestan, que ideó hace unos años, en 2003, no parece una excepción. Ya desde el principio la pieza presentó problemas. Se la confió a Vianney Halter para, tras un sinfín de episodios que no intentaré ni siquiera elucidar, volver a las manos de Ruchonnet. La pieza vio finalmente la luz gracias a los denodados esfuerzos de un capacitado relojero de nombre Eric Coudray.

Este Coudray fue, ni más ni menos, uno de los inventores del Gyrotourbillon de Jaeger- LeCoultre. A principios de 2008 decidió dejar esta importante firma de Le Sentier y sus más de 1000 empleados para poder cruzar el Valle de Joux hasta el lado opuesto, donde se unió a un grupo de relojeros para dar vida a CréaLuxe. Al poco tiempo, el joven inventor retomó los planos del Cabestan y recomenzó de cero el desarrollo de este auténtico “laberinto de ideas”, con el objetivo de racionalizar y simplificar el funcionamiento de la pieza y mejorar su fiabilidad. Trabajando a la antigua pero con instrumental moderno, Eric Coudray, quien admite su responsabilidad en el proyecto, y sus siete compañeros, destriparon el movimiento y rediseñaron sus componentes. Trabajaron especialmente los muchos puntos de rozamiento que absorbían demasiada energía, especialmente la cadena y los rodillos (23 cm de cadena compuesta de 450 eslabones de acero inoxidable remachados a mano). En pocos meses consiguieron mejorar la fiabilidad, la precisión y, sobre todo, la viabilidad del proyecto.

Escultura tridimensional

El Cabestan es la pieza intermedia de una trilogía perfeccionista, donde el V4 es la tierra, el Cabestan es el agua y la futura creación de la firma será el viento. El Cabestan Winch Tourbillon Vertical sugiere temas marineros: la cadena que asemeja la cadena del ancla de un barco y el pequeño torniquete que sirve para dar cuerda al invento.

Llevando al extremo el concepto de tridimensionalidad, el Cabestan muestra, a un lado, la hora, los minutos y los segundos mediante tres tambores independientes movidos por un tourbillon vertical hecho de acero templado y protegido por un cristal de Pyrex por los tres lados. Al otro lado, y bajo un cristal similar, está el mecanismo de cadena y el tambor indicador de la reserva de marcha (de 72 h). Los cuatro tambores son de aluminio grabado y van montados sobre cojinetes. Ha desaparecido cualquier rastro de la esfera, sustituida por un tipo de máquina retro-futurista en la que sus diferentes dispositivos conforman su particular imagen.

Tras la prueba de fuego que representó fabricar seis Cabestan por encargo de Romain Jérôme (lo cual fue positivo aún a costa de crear una cierta confusión, según admite Ruchonnet), se dio paso a la producción de una serie de 135 Cabestan, de los cuales los cinco primeros ya están prácticamente acabados. El equipo espera alcanzar la velocidad de crucero en breve, situándola entre siete y diez unidades viendo la luz cada mes. La firma tiene pedidos para 44 unidades (nov. 08) lo que no deja de ser alentador dado que cada Cabestan precisa de 1000 horas de trabajo para poder completarse.

Con unos precios que oscilan entre los 220.000 y los 270.000 Euros en función de los materiales empleados, ¿no le preocupa a Ruchonnet la actual recesión económica? “estamos tan alejados de la norma que, francamente, no creo que afloje la demanda de nuestros relojes ya que los coleccionistas siempre buscan lo excepcional.” Otra pregunta me ronda por la cabeza y se la hago a Ruchonnet: El Cabestan 2, actualmente en fase de estudio, ¿será un reloj simplificado y, por tanto, menos caro? O, al contrario, ¿será más audaz y sorprendente y, consecuentemente, más carísimo? De momento, no pueden darnos respuesta ya que la planificación del proyecto todavía no ha concluido. En espera de acontecimientos, nos queda el proyecto “viento” de la trilogía, del cual ya hemos hablado, pero que por razones empresariales, me veo en la obligación de no decir ni pío.

Una nueva moda: el display digital

Entre las nuevas tendencias en esferas, hemos visto la reciente aparición de un renovado interés por los relojes con display digital mecánico. Nos vienen a la cabeza el Meccanico DG de de Grisogono y el Opus 8 de Harry Winston, debido a la mano de Frédéric Garinaud.

Estos extraordinarios objetos no son más que prototipos, piezas de estudio creadas en los talleres de ambas marcas, el principal negocio de las cuales está fuera de esta órbita. Eso explica el porqué de los larguísimos plazos que transcurren desde el anuncio de su creación hasta su industrialización y comercialización final.

De todas formas, veamos otro ejemplo, un poco diferente. Se trata de la joven marca MCT (Manufacture Contemporaine du Temps), quien presentó propuesta para el complejo y selectivo nicho de los relojes con display mecánico. En el caso de MCT, extraordinariamente, la comercialización del producto se produjo inmediatamente después de su presentación.

Prismas giratorios

Denis Giguet, ingeniero, fundó MCT en el 2007, a los 40 años, tras pasar por Gay Frères, Rolex y Harry Winston, donde estuvo a cargo del desarrollo y producción de los relojes de la firma, los Opus incluidos. El objetivo manifiesto de MCT es el de “mirar el tiempo con otros ojos”, y lo pone en práctica con propuestas originales sobre como leer la hora, tal y como se ha demostrado ya desde su primera realización: el Sequential One. La novedad y originalidad de este reloj está básicamente en su display digital mecánico. Las horas aparecen grabadas en cuatro secciones relativamente grandes, cada una de las cuales compuesta de cinco líneas que en realidad son prismas rotativos. Estos, llamémosles indicadores, están a las 12, a las 3, a las 6 y a las 9 y su lectura alternativa se hace gracias a un minutero circular al que le falta un sector de 90º. De este modo, deja visible la hora actual y oculta la visión de las otras tres secciones, cuyos prismas, durante la ocultación, proceden a girar lentamente hasta una nueva posición. En la hora en punto, el disco gira _ de vuelta en sentido antihorario, revelando la hora recién comenzada y ocultando los otros tres indicadores.

Protagonista, la esfera Denis Giguet, MCT

La combinación de elementos giratorios a distintas velocidades – prismas y disco minutero – requiere de 471 piezas y de un sistema de almacenaje de energía específico para cada dispositivo. El conjunto obtiene potencia de un sistema de cuerda accionado manualmente y diseñado exclusivamente para este modelo por un nutrido grupo de 20 expertos. Hay que mencionar el más que excelente acabado del reloj, el diseño de Eric Giroud (quien también diseña para MB&F) es muy elegante, clásico, sensual, táctil y ofrece una buena perspectiva de la mecánica. El único pero que le hemos encontrado reside en la posición móvil del minutero que impide una lectura intuitiva de los minutos. En resumen, un trabajo excelente.

El futuro de la relojería

Con su invención, MCT se ha convertido en un protagonista de la generación de nuevos relojeros, pero el verdadero objetivo de Denis Giguet es el de iniciar un rápido proceso de verticalización y, con el tiempo, reunir en unas únicas dependencias la totalidad de las funcionalidades fabriles, como diseño, construcción, fabricación de componentes, montaje y control de calidad, como si de una minifábrica se tratara. Las turbulencias financieras de nuestros días van a complicar, seguramente, la ruta de estas empresas relojeras, empresas que persiguen, por encima de todo, capitalizar el enorme potencial de los displays mecánicos. Si consiguen ser flexibles y pueden continuar en su investigación, estos recién llegados pueden hallarse en posiciones aventajadas de cara a las propuestas más entusiasmantes en el futuro de la relojería.

URWERK, el precursor, el rey de los satélites

En el planeta de las esferas de reloj digitales mecánicas, el rey debería ser Urwerk con el relojero Félix Baumgartner y el diseñador Martin Frei a la cabeza.

Contrariamente a la mayoría de los jóvenes talentos relojeros de su época, Baumgartner decidió no dedicarse a trabajar en el mundo de las complicaciones tradicionales y dedicarse a investigar nuevas formas de mostrar las indicaciones temporales.

¿Su objetivo? “Convertir la indicación de la hora en un arte”, como le gusta decir. En el curso de sus investigaciones, Baumgartner desarrolló un sistema de satélites que pueden sufrir diferentes modificaciones, dependiendo del modelo. El UR-103 Hexagone, presentado en septiembre de 2008, es el más reciente ejemplo de su labor. Disponible en una serie limitada denominada “Black”, está moldeado con platino negro, lo que enfatiza el revolucionario diseño de la máquina, cuyos satélites parecen esculpidos directamente del material de la caja.

Protagonista, la esfera UR-103 Hexagone, UR-202

La investigación de Urwerk en el campo de los satélites condujo a la empresa a proponer una serie de modelos diseñados según este revolucionario principio. Nos viene a la mente el extraordinario modelo UR-202, de 2007, que exprime el concepto de los satélites hasta el límite. En el centro del reloj gira un carrusel en acabado negro satinado y montado de diamantes. Es el centro neurálgico del reloj ya que comanda la rotación de los tres satélites horarios, emplazados al final de sendos brazos, y de las agujas telescópicas. Dentro de los brazos se encuentran los transportadores que se encargan de extender o retraer las agujas. Cuando uno de los bloques se asoma al inicio de la escala del minutero, la aguja se extiende durante todo el recorrido, para retraerse de nuevo al concluir su paso por la escala. , siendo substituido por el siguiente bloque horario.

El principio de los bloques, pero sin las manecillas retráctiles, ya fue desarrollado por Félix Baumgartner en el 2005 para el Opus 5 que diseñó para la colección Rare Pieces de Harry Winston. Sin duda se trata de uno de los más brillantes relojes que jamás se han creado. En él, una gran manecilla recorre un sector de circunferencia aparentemente arrastrada por un cubo en cuya cara visible un dígito indica la hora. Cuando alcanza el minuto 60, la manecilla se suelta del cubo, retorna al cero y se engancha al siguiente cubo que indica la hora recién inaugurada. Mientras tanto, el cubo liberado sigue girando hasta que, en un punto, rota sobre su eje para mostrar un nuevo dígito horario.

Los tres cubos (los satélites) llevan cuatro dígitos inscritos en sus caras y, por tanto, pueden indicar solo doce horas. Un indicador adicional de día/noche complementa la información para el usuario. Otro indicador muestra la reserva de energía, de una capacidad máxima de 120 horas. Recientemente, en una subasta en Antiquorum de Ginebra, un Opus 5 de platino se vendió por la estratosférica cantidad de 130.000 Euros. ¡Sencillamente alucinante!

Protagonista, la esfera

OPUS 8 de Harry Winston La esfera o display asemeja un televisor donde la mecánica expresa la hora en segmentos digitales de apariencia mágica. Al solicitarlo, la hora aparece formando un relieve sobre la pantalla que parecía completamente plana. Los minutos pueden leerse en un indicador deslizante situado a la derecha de la pantalla, donde la aguja se desplaza a intervalos de 5 minutos.

Protagonista, la esfera

MECCANICO DG por De Grisogono Un reloj de 651 piezas equipado de un calibre de cuerda que alimenta dos husos horarios, uno convencional analógico y el segundo, un display digital mecánico de segmentos móviles. RELOJ AUTOMÁTICO MISTERIOSO por Angelo Lo Giudice Movimiento automático Soprod Calibre A10, montado del revés con la rotación de las manecillas invertida, creando el efecto de leer un reloj de arena.

Protagonista, la esfera

SHABAKA, por Jean Dunand Calendario perpetuo, repetidor de minutos con sonería Catedral. Muestra la fecha, el día de la semana, el mes, la fase lunar e indica los años bisiestos, todo mediante cilindros giratorios. El repetidor de minutos percute en gongs que dan dos vueltas al movimiento para ofrecer un sonido más profundo y penetrante.

ROLLER, GUARDIAN, TIME (RGT) por Ladoire Movimiento automático Calvet/01/RGT con indicación de horas, minutos, segundos mediante discos montados sobre cojinetes cerámicos.