unque la alta artesanía y los mecanismos exclusivos tienden a acaparar la atención, estos movimientos más modestos son, como explica Pierre Maillard en su informe, el corazón palpitante de la industria relojera. El movimiento básico universalmente accesible, caballo de batalla o “tracteur”, como se le conoce en una relojería vernácula a menudo salpicada de modismos rústicos, es el verdadero guardián de la diversidad relojera, no los productos de manufacturas de élite que se enorgullecen de su integración vertical.
Desde que la poderosa ETA declaró que ya no sería el supermercado del movimiento de la industria, comenzaron a surgir alternativas. Esto requirió una fuerte dosis de fortaleza empresarial, dado que Comco ha tenido altibajos durante la última década, lo que ha resultado en numerosas paradas y arranques. Pierre Maillard se propuso explorar el Arco del Jura (a ambos lados de la frontera Franco-Suiza) y visitar las empresas que, sin pedir disculpas, apuntan a grandes volúmenes de ventas y suministran calibres básicos a una clientela diversa. El mayor en términos de producción es sin duda Sellita, cuyo CEO, Miguel García, recibió recientemente el Premio Gaia por su visión industrial. Kenissi, un producto de la exitosa base de fabricación de Tudor, también se perfila como un actor clave.
Sin embargo, algunos fabricantes de movimientos han optado por centrarse en los calibres más exclusivos (al tiempo que, en muchos casos, producen en paralelo soluciones más estándar). Entre los mencionados en este dossier, Le Cercle des Horlogers ha disfrutado de un aumento de popularidad recientemente, con numerosas marcas, incluidas Louis Vuitton, Jacob & Co. y Biver, que muestran con orgullo su asociación con esta firma innovadora. ¡No es frecuente que un proveedor se convierta en una tarjeta de visita prestigiosa!
Y no olvidemos que la industria relojera es global. Algunas marcas con sede en Suiza han llegado incluso a desafiar el status quo utilizando movimientos fabricados en el extranjero. En este dossier también conocemos a un actor internacional importante: Miyota de Japón. Y nos desviamos brevemente hacia Francia, donde muchas iniciativas empiezan a dar sus frutos. En los próximos meses y años continuaremos explorando este tema fascinante y fundamental, y los actores clave que darán forma a su futuro.