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Innovadores de todo el mundo

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abril 2007


El renacimiento en la relojería no viene solamente, como podríamos esperar, de la mano de los jóvenes maestros relojeros sino que también han contribuido considerablemente a éste jóvenes empresarios emprendedores y técnicos. Y hoy, ya no es más un privilegio exclusivo de los suizos, aunque el paso por Suiza y sus talleres de relojería continua siendo obligatorio para perfeccionar el oficio.

DELALOYE Y SU PROPIO “TRACTOR”

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Nicolas Delaloye, nacido en Ginebra en 1970, decidió en 2003 lanzar su propia marca. Sólo en unos pocos años, este joven relojero, que se formó en la Escuela de Relojería de Ginebra, adquirió mucha experiencia fundamental. Después de trabajar en el taller de grandes complicaciones de Patek Philippe, continuó en los venerables talleres de restauración de la marca en Ginebra reparando piezas antiguas excepcionales. Seguido por una período donde trabajó junto a Roger Dubuis y François-Paul Journe, Nicolas Delaloye empezó a crear sus primeras piezas complicadas para Cédric Johner (tourbillons, repetidores de minutos, cronógrafos ratrapantes). Sin embargo en 2002, Delaloye empezó a crearse su independencia produciendo piezas para las grandes marcas en Suiza. Como un relojero “purista” no podía concebir crear su propia marca a no ser que los relojes estuvieran equipados con sus propios movimientos. Tres años fueron necesarios para llegar a esta coyuntura: dos años de “teoría” y conceptuación, seguidos por un año de fabricación para presentar su primer movimiento mecánico en la primavera de 2006.Este movimiento mecánico de cuerda manual,diseñado como una base simple (horas,minutos y segundos) y ultra-fiable, presenta 72 horas de reserva de marcha, 18.000 vibraciones por hora, y es, en sus propias palabras, un “excelente tractor”. Su arquitectura siguiendo la distinguida tradición en el arte de la relojería, con sus puentes grandes, sus monturas adornadas con piedras preciosas colocadas con tres tornillos, fue diseñado no solo para adecuarse más tarde a mecanismos adicionales (ya está trabajando en un calendario perpetuo) sino también para ofrecer grandes espacios para la decoración. Fabricó las cinco primeras piezas casi totalmente a mano (con la excepción de los engranajes) dándoles un precioso acabado manual (biselado, fresado, diseño Côtes de Genève). Animado por el resultado, empezó la primera docena de “serie” de piezas, con una caja redonda muy clásica, muy pura y simple. Y se puso en camino hacia Baselworld. Allí, una persona se interesó mucho por su trabajo y adquirió varias de sus piezas. Delaloye se sintió tranquilo: su propia propuesta de “relojería” parecía que era valorada. Entonces supo que estaba por el buen camino. Bienvenidos a Baselworld 2007, en el stand de la Academia de Relojería de Creadores Independientes (no tenemos suficientes palabras sobre el decisivo papel que esta asociación ha jugado al alentar a nuevos talentos y explorar nuevos caminos para la relojería), Delaloye presentará sus últimas creaciones que incluyen una línea de relojes de señora, el encantador “Les Pléiades”.A pesar de todo Nicolas Delaloye es todavía perfectamente consciente de los muchos escollos que pueden aguardar a la joven marca. Sin embargo, está determinado a proceder despacio, sin pasar por alto ningún paso, mientras se mantiene artesanal y financieramente independiente.

MCGONIGLE, UN TORBELLINO IRLANDES

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¿Quién hubiera podido pensar que uno de los más bonitos tourbillons del año sería de Irlanda? Si, este es el caso de esta espléndida pieza, invento de dos hermanos; john y Stephen McGonigle, que lleva grabada orgullosamente el término “Fabricado en Irlanda”. Los dos hombre fueron a par a la relojería a una temprana edad, y después de seguir los cursos del Instituto Irlandés de Relojería en Dublín, se trasladaron a Suiza para perfeccionar su oficio. John fue a Wostep, después a Audemars Piguet, seguido de un tiempo con Christophe Claret antes de volver a casa, a Irlanda. Stephen, después de trabajar en la reparación de relojes antiguos en Londres, se unió a su hermano en Christohe Claret, seguido de periodos en Franck Müller, Breguet y British Masters antes de montar su propio taller como relojero independiente en Neuchâtel. Así pues, entre Irlanda y Suiza, los dos hombres construyeron juntos su primer reloj - un hermoso tourbillon hecho artesanalmente en platino y diseñado y fabricado enteramente por ellos mismos. El reloj McGonigle, de cuerda manual, con una reserva de marcha de 110 horas, además de su espléndida arquitectura y sus decoraciones celtas, es bastante interesante desde el punto de vista de la relojería. Habiendo elegido prescindir de un regulador para ajustar la precisión de la pieza, tendrían que ser sumamente cuidadosas al establecer el equilibrio entre el peso del volante y la longitud del espiral. Pensando lógicamente, hicieron el cage aerodinámico, mejorando por tanto su eficiencia mientras le daban la apariencia de ligereza extrema. La esfera se trabajó en tres niveles , con dos aperturas cortadas en el cristal zafiro: una a las 6 h. que muestra el tourbillon, y otr a las 12 h. que muestra los engranajes del tonel. En el segundo nivel el puente del tonel se ha tratado con rutenio, como en el nivel inferior, obteniendo por tanto un alto grado de legibilidad (agujas azualadas e índices elevados) y una luz maravillosa en el cage del tourbillon. La caja, delicadamente ovalada, es extremadamente expresiva, con asas llamativas y una original gran corona tallada al estilo del alfabeto “Ogham”, la escritura celta que se encuentra en el logo de McGonigle. Su confirmado origen celta es también aparente en el sutil juego del grabado en el dorso del reloj. Los hermanos McGonigle han partido, indudablemente, hacia una fantástica aventura.

VAN DER GANG, DEL ESPACIO A UN PEQUEÑO ESPACIO

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El de Van de Gang es un caso ilustrativo de un camino totalmente nuevo de enfocar la producción de relojes. Esto no podría pasar en Suiza, donde las tradiciones en relojería son demasiado fuertes, pero si que ocurrió en los Países Bajos, en la ciudad de Dokum.Al principio,Van der Gang era un fabricante de instrumentos de alta tecnología utilizados en la industria espacial y en equipos médicos. Pero su propietario,Wybe Van der Gang era también un amante de los relojes mecánicos. En un cierto momento se preguntó ¿Por qué no aprovechar esta maquinaria de alta precisión para hacer relojes? Al fin y al cabo, las técnicas básicas son más o menos las mismas. De su pasión y sus definitivas capacidades tecnológicas salió una colección de relojes sobrios, incluso podríamos decir “nórdicos” , de formas decididamente contemporáneas. El énfasis se puso en la precisión, expresada por un dial que favorece la legibilidad. Van der Gang no trató de hacer los movimientos (que son cronógrafos automáticos Valjoux 7751) sino que prefirió concentrar se en hacer las cajas y las esferas. Las cajas, de un trabajo exquisito, están talladas de un acero especial resistente al rayado que ha sido endurecido con nitrógeno y protegido por delante y detrás con cristales zafiro algo purpúreos así mismo resistentes al rayado. Las esferas tratadas en plata son el telón de fondo perfecto para las manecillas en acero azulado, mientras que las esferas negras tienen las manecillas de rodio plateado. Aunque todo esto no es, desde luego, nada revolucionario es una demostración muy convincente de una nueva clase de savoir-faire, lejos de las tierras suizas, que ha dado como resultado unos preciosos relojes con una perfecta claridad de expresión. Definitivamente es una marca a seguir observando.

LANG & HEYNE, ORTODOXIS SAJONA

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Puesto que A. Lange & Söhne y Glasshütte han llevado las cartas de nobleza (¡y qué cartas!) a la prestigiosa relojería sajona, este rincón de la tierra se ha convertido en un refugio para el tipo de relojería más clásica y tradicional que nunca ha existido. En este linaje de excelencia podemos colocar a Marco Lang, nacido en 1971. Desde el año 2000 ha estado a la cabeza de la pequeña (de 30 a 40 relojes al año) pero excelente manufactura Lang & Heyne. Lo mejor de la relojería sajona puede encontrarse en sus relojes, como por ejemplo el Calibre 1, con su arquitectura sumamente clásica, grandes piedras preciosas con sus monturas de oro colocadas con tornillos azulados, su cuidados acabado, y el indicación muy original del ángulo del sol a las 12 del mediodía sobre el ecuador (de lo cual dependen las estaciones del año), montada en un disco terrestre cloisonné El Calibre IV es un magnífico reloj de pulsador único, rueda de pilares (sutil mecanismo visible en el reverso), movimiento cronógrafo que permite regular los minutos y segundos con una manecilla central. Este trabajo atractivo del arte de la relojería se expresa visualmente en las cajas redondas de asa triple, todo en un estilo mezcla de clásico y unligero toque de barroco que les da la vistosidad sajona. Los nombres de las diferentes piezas de Lang & Heyne evocan la historia de la realeza de Sajonia con nombre como “Friedrich August 1”, “König Johann”, “Moritz of Saxony” e incluso “King Albert”.

STEPAN SARPANEVA, EL ESPÍRITU FINLANDÉS

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Stepan, el hijo del famoso diseñador de joyas,Pentti Sarpaneva, sintió predilección desde una edad temprana por la relojería. Después de diplomarse en 1992 de la Escuela Finlandesa de Relojería en Tapiola, seguido de experimentar en varios oficios diferentes, abandonó su país nativo para instalarse en Suiza. Después de atender clases complementarias en Wostep, fue contratado por Piaget en La Côtes-aux- Fées,donde trabajó durante dos años y medio en el servicio post-venta.Esto le dio la oportunidad de trabajar en un número diferente de modelos y perfeccionar sus habilidades. Desde allí, volvió a pasar otra vez algún tiempo en Wostep donde siguió cursos sobre complicaciones en relojería. Luego entró a trabajar para Parmigiani (donde conoció a otro finlandés,Kari Voutilainen,quien más tarde también se convirtió en independiente), seguido de períodos en Vianney Halter y finalmente Christophe Claret. Con su experiencia acumulada en altas complicaciones, Sarpaneva decidió en 2003, crear su propio taller y su propia marca en Finlandia. Desde entonces, ha trabajado en modelos originales, utilizando como base calibres mecánicos suizos, que el reconstruyó a su manera. Sus cajas son extremadamente esculturales, poderosas y muy originales, y muestran su gusto pronunciado hacia la búsqueda del diseño, característica de lo finlandés. Se han presentado varios modelos, todos diferentes, sin embargo todos con una personalidad muy acusada: líneas marcadas como si estuvieran talladas brutalmente de una masa de acero, e índices geométricos. Sus movimientos también son innovadores. Por ejemplo, las ruedas de escape están tratadas especialmente con diamante con el objeto de reducir su fricción; la masa oscilante del modelo Komentaja tiene la forma de una turbina; la masa oscilante también se hace visible a través de la tapa de fondo que ha sido cortada en forma de espiral, creando un efecto calidoscopio. Pero su último desafío, ejemplo de las ambiicones innovadoras de Stepan Sarpaneva, representa un cruce de dos mundos, la electrónica y la haute horlogerie paara ofrecer un pieza de relojería experimental capaz de medir la aceleración. De alguna manera, Sarpaneva ha inventado una nueva función, demostrando que la renovación en relojería también puede venir del Lejano Norte.

HAUTLENCE, EMPRENDEDORES MECÁNICOS

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Renaud de Retz y Guillaume Tetu, los dos fundadores de Hautlence, son símbolo de una nueva “raza” de empresarios emprendedores en la relojería, que no vienen de las mesas de trabajo sino de las filas de grandes grupos del lujo. A pesar de que todo empezó con una apuesta (¿por qué no fundamos nuestra propia marca? se preguntaron estos amigos una noche), su profundo conocimiento de las técnicas de marketing les ha permitido establecer los cimientos de una verdadera marca, y no solamente de un éxito efímero. Puesto que ellos no son relojeros, decidieron no concentrarse en la creación de complicaciones extraordinarias, sino ofrecer en cambio a los aficionados de los relojes mecánicos una nueva manera de leer el tiempo. Actuando prudentemente en su primer modelo, presentado en 2005, combinaba un cierto clasicismo de la caja con una manera totalmente nueva de mostrar el tiempo. Sacando provecho del entusiasmo por los mecánico, ellos enfatizaron los elementos de transmisión (tales como una especie de biela) creando al mismo tiempo un montaje mecánico muy poético. Al ser esta primera pieza bien recibida en el mercado, les permitió construir los cimientos de una buena red comercial y continuar su aventura en esta misma línea. Su último modelo, el HLS 04 y 06, va un poco más lejos que el original. Es muy moderno, desde el punto de vista visual, y presenta una caja muy contemporánea combinando acero negro resistente a las rayadas con oro blanco, una pulsera de caucho, una esfera en tres dimensiones con manecilla saltante sobre un disco “ahumado”, los segundos se muestran en un pequeño disco satinado, y la manecilla retrógrada de segundos en una biela. Es un pequeño mecanismo mecánico, espléndido y sin embargo festivo, que augura un buen futuro para Hautlence, una marca que ganó la apuesta de crear un nombre, una identidad en un nicho diferente a todos.

ROMAIN GAUTHIER, CNC Y ALTA RELOJERÍA

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El camino recorrido por Romain Gauthier es también atípico, y testifica su propio camino particular de hacer relojes. Romain Gautjthier, nacido en 1975 es de formación constructor de máquinas y herramientas de precisión y programador y operador de CNC. En 1999, mientras trabajaba para uno de los principales fabricante de relojes, empezó a soñar en crear su propio reloj y ¿Por qué no? También su propio movimiento. Extremadamente paciente y metódico, y siendo consciente de ello, además de su competencia técnica necesitaba adquirir agudeza empresarial, por lo que se matriculó en una escuela de negocios con el objeto de hacer un Master (que lo obtuvo en 2002, con una tesis final dedicado a su “business plan” para su propia futura empresa). Trabajó en secreto en los diseños de su propio movimiento, que contien dos características principales: una corona de cuerda bajo la caja que puede ser activada sin necesidad de quitarse el reloj, y una esfera descentrada hacia arriba. Siguieron tres años, de cálculos, de diseños, hasta que finalmente pasó a la fabricación de las partes componentes que las fabricó en una máquina CNC prestada por un amigo. En la fase final, un relojero montó las partes para dar vida al movimiento. Hoy, después de todos estos años de trabajo con el asesoramiento de Philippe Dufour, Romain Gauthier puede por fin dar a conocer sus relojes. ¡Y qué bonitos relojes! Prestige, su primera colección, se compone de relojes redondos de 41 mm de diámetro, hechos en oro rosa o blanco, o platino, con esferas de guilloché de oro trabajado a mano, cristal zafiro, y fondo de tapa de cristal.El movimiento de cuerda manual presenta una reserva de marcha de 60 horas, 28.800 vibraciones por hora, y una ingeniosa corona de cuerda horizontal que, colocada delicadamente bajo la caja, puede ser activada por la persona que lo lleva. Cada reloj se monta a mano individualmente y es firmado por el relojero que lo hace. No puede haber ninguna duda, esta marca ha empezado muy bien su largo camino.