Como muestra la lectura de nuestro substancial dossier «Brick & Click» en Europa Star Time Business de octubre de 2017, veremos que la venta al por menor está realmente en el marasmo - o, más exactamente, en un desorden total. No se encuentra en un giro en el camino, sino en una encrucijada de ciento y una rutas diferentes. ¿Debe tomar el camino tradicional, lleno de sólidos edificios de ladrillo y mortero, algunos de los cuales, a pesar de ser nuevos, ahora están cayendo en mal estado como antiguos mausoleos? ¿O debería abandonar el mundo físico, transformarse en impulsos electrónicos y acelerar de clic a clic a través de la inmensa e ilimitada madeja de Internet, con la esperanza de atrapar algo en sus redes? ¿O debería tomar uno de los caminos más estrechos que serpentean a través de la hierba alta, seguir el viento, convertirse en un nómada, abrir tiendas pop-up e inventar nuevas formas de hacer negocios?

El cruce de la indecisión está poblado de hordas de gente acosada por dudas, incapaces de tomar una decisión. ¿De esta manera, o esta otra? Pero la respuesta correcta a esta pregunta no es binaria. La respuesta es más probable que sea un «y» en lugar de un «o». La solución es elegir un camino físico, y al mismo tiempo explorar la esfera virtual.
En resumen, necesitamos ladrillo y clic, como lo dice sucintamente uno de nuestros corresponsales (lea nuestra entrevista con el consultor Estadounidense Steven Kaiser). El reloj es un objeto material, y un objeto de deseo, que necesita ser tocado, sentido y probado en la muñeca. Y necesitamos ubicaciones de ladrillo y mortero para que esto suceda, así como poder comparar este con aquel. Cuando se trata de comprar el reloj, es ahí donde entran los clics. No se puede tener uno sin el otro. Cualquier minorista que se niegue a aceptar ambas opciones está condenado. Los operadores que se limitan a un showroom virtual encontrarán que muchos clientes potenciales se desvanecen en el aire.
Sin embargo, por el momento, el paisaje del brick-and-click es algo así como una selva. Sí, estamos en una encrucijada de indecisión. Habrá que crear nuevas reglas y las marcas que se pongan a la cabeza serán aquellas que entiendan que, aunque no pueden sobrevivir sin ladrillos, también necesitan ser muy activas con sus clics. Los minoristas físicos, cuyos ladrillos proporcionan los lugares para la experiencia material, desempeñan un papel esencial como influenciadores, asesores, guías y ... ¡puntos de servicio post-venta! (Vamos a dedicar un futuro dossier a este «punto ciego» para la industria relojera). Abandonar los ladrillos sería suicidio.
Podríamos decir lo mismo acerca de nuestro propio rol como editores. En lugar de ladrillos y mortero, tenemos papel. Pero también tenemos los clics. Estamos convencidos de que, sin una presencia virtual paralela, el papel - un medio a largo plazo - no puede sobrevivir. Pero sin el papel, el periodismo on-line -como un grifo que nunca se cierra, va vaciándose para siempre en el sumidero del olvido- está condenado a una existencia efímera y transitoria. Sí, necesitamos noticias de última hora - nos aseguramos de que sigamos siendo relevantes - pero también, si aspiramos a la longevidad, necesitamos reflexión, análisis y perspectiva. Y por esta razón, el papel - o ladrillo - sigue siendo el mejor vehículo para resistir cualquier tormenta.