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UNESCO: un nuevo punto de partida para la relojería

OPINIÓN

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julio 2021


UNESCO: un nuevo punto de partida para la relojería

En diciembre de 2020, la UNESCO agregó la “artesanía de la relojería mecánica y la mecánica artística” a su lista representativa del patrimonio cultural inmaterial de la humanidad. Ese reconocimiento marca un punto de inflexión para la relojería, cuyo impacto universal y verdadero valor finalmente han sido reconocidos.

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n medio de una época oscura, cuando nuestro mundo ultraconectado estaba lidiando con un virus igualmente conectado, en Diciembre de 2020 surgió un rayo de esperanza para la relojería: la UNESCO agregó la “artesanía de la relojería mecánica y la mecánica artística” a su lista representativa de el patrimonio cultural inmaterial de la humanidad. Ese reconocimiento marca un punto de inflexión para la relojería, cuyo impacto universal y verdadero valor finalmente han sido reconocidos.

De hecho, la transformación de la relojería en una cultura genuina, más allá de una mera industria o comercio, ha estado en marcha durante varias décadas, particularmente desde el resurgimiento de la ingeniería mecánica en la década de 1990. La transición se ha acelerado aún más por los efectos de la crisis pandémica, que, a pesar de ver disminuir aún más el número de relojes producidos tradicionalmente, también ha sido testigo de un aumento en el atractivo de aquellos relojes que tienen un patrimonio significativo.

Quizás nada lo demuestre más que el éxito de las subastas de relojes, incluso las que se celebran on-line en medio de la crisis. Sobre este tema, lea nuestra entrevista con Aline Sylla-Walbaum, directora de la división de lujo de Christie’s, quien ha realizado un trabajo admirable para preparar a la empresa para esta nueva era de subastas digitales.

La supervivencia de la industria relojera depende ahora sobre todo de su capacidad para mantener una fuerte relevancia social y cultural.

Otro signo inconfundible de la transformación cultural de la relojería es el éxito comercial de los maestros relojeros independientes, un éxito que es inversamente proporcional al número de piezas que producen cada año. Lo que todos tienen en común es que trabajan con sus propias manos. En otras palabras, abrazan completamente los orígenes culturales de un arte que comienza con un toque hábil.

Pero el reconocimiento de la UNESCO es solo un punto de partida. La supervivencia de la industria ahora depende sobre todo de su capacidad para mantener una fuerte relevancia social y cultural. Debe seguir la acción. Se trata de preservar un patrimonio vivo que siempre estará amenazado por las crisis económicas, pero no inmovilizándolo en un aspic. Este arte se alimenta de la transmisión, el intercambio y la innovación. En la era digital, todavía hay mucho que podemos hacer para aprovechar la energía de lo que ahora es una cultura relojera reconocida. ¡Así que manos a la obra!